Ambas propuestas fueron incluidas en una «agenda positiva» que divulgó ayer el presidente del Senado, como respuesta a las demandas de las manifestaciones que en las últimas dos semanas han sacudido al país
BRASILIA. El presidente del Senado brasileño, Renan Calheiros, miembro de la coalición de gobierno, anunció ayer que esa cámara discutirá sendos proyectos de ley que proponen destinar el 10 % del Producto Interno Bruto (PIB) a la salud y el mismo porcentaje para la educación. Ambas propuestas fueron incluidas en una «agenda positiva» que divulgó hoy el presidente del Senado, como respuesta a las demandas de las manifestaciones que en las últimas dos semanas han sacudido al país. «Todos los proyectos serán votados», garantizó Calheiros, quien además propuso que el Senado no entre en receso el próximo 18 de julio, como está previsto, para continuar trabajando y «responder» a los ciudadanos. «La sociedad reclama mejorías para el día a día» y «ningún poder puede ser sordo a esos reclamos», manifestó Calheiros, quien apuntó que «el Senado es la casa del pueblo y quiere lo mismo que el pueblo quiere». El presidente del Senado dijo que además, en esa nueva agenda, se incluirán proyectos de ley que agravarán las penas para los crímenes de sangre y también para la corrupción, que está en el centro de los reclamos expresados en las protestas. También propone llevar a votación un proyecto que destina la totalidad de las regalías que genere el petróleo que yace en aguas profundas del Atlántico a la educación, tal como pide el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.
Según Calheiros, la aprobación de ese proyecto permitiría además financiar el transporte gratuito para todos los estudiantes. Asimismo, tal como lo exigen las manifestaciones, dijo que está dispuesto a aceptar cualquier proyecto «para reducir el número de ministerios» y aligerar la pesada maquinaria pública. En Brasil hay actualmente 24 ministerios, así como diez secretarias y cinco organismos que tienen ese mismo estatus. Calheiros también manifestó apoyo al plebiscito que Rousseff propuso para concretar una reforma política que el Parlamento posterga desde hace décadas y aceptó incluso que sea hecho por la vía de una Asamblea Constituyente, como planteó la mandataria. A esa propuesta se opuso ayer el presidente de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves, que como Calheiros es dirigente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que forma parte de la coalición de Gobierno. «La cámara va a hacer ese debate, pero no quiere que sea por la vía de una Constituyente, porque eso retardaría más una discusión que el Congreso tiene que hacer y debe hacer», dijo Alves, quien se comprometió a retomar el tema en el segundo semestre de este año.
Agencias