El Senado estadounidense votará en la tarde de este jueves la reforma migratoria respaldada por el presidente Barack Obama, que abriría el camino a la legalización de 11 millones de indocumentados, a la vez que contempla un endurecimiento inédito de la frontera con México.
Se espera previsto que la histórica reforma sea aprobada en la cámara alta durante una última votación prevista a las 16H00 locales (20H00 GMT), después de que los senadores aprobaran por más de los 60 votos requeridos una moción para limitar las horas del debate.
Nuevamente, la minoría republicana votó dividida, mientras el lado demócrata mostró un apoyo unánime para acelerar la votación del texto migratorio en el pleno del Senado.
El proyecto de ley 744, que supone la reforma más importante del sistema de inmigración en un cuarto de siglo en Estados Unidos, abre la vía a la legalización de unos 11 millones de indocumentados, con condiciones.
Pero después de pasar el Senado, el proyecto caerá en manos de la Cámara de Representantes, dominada por la oposición republicana, más hostil a la reforma.
Aun podrían pasar meses antes de que un texto definitivo llegue al escritorio de Obama para promulgarlo como ley.
«Este proyecto en su forma actual no se convertirá en ley», afirmó el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnel.
El proyecto contempla además un incremento sustancial de la seguridad en la frontera con México, un tema que fue crucial para lograr el apoyo de algunos republicanos.
Una enmienda presentada por dos legisladores republicanos y aprobada el miércoles prevé duplicar el número de agentes en la frontera sur y presupuesta miles de millones de dólares para completar y fortificar el vallado fronterizo (que ya tiene unos 1.100 kilómetros) al desplegar decenas de torres de vigilancia, drones y sensores.
Las medidas de seguridad también incluyen más controles sobre los empresarios y en la entrada y salida de personas con visa, como condiciones ineludibles para la legalización de indocumentados.
«Mientras el debate en el senado termina, un debate nacional está solo empezando», señaló el republicano John Cornyn, un adversario de la reforma.
AFP