Los padres de los niños y vecinos no los veían desde las 4:00 de la tarde del pasado sábado, durante ese último encuentro que los llevó rumbo a la muerte. Sergio Antonio Serrano Mujica (9) y de José Miguel García Luis (10), fueron degollados con un cuchillo de cocina. El presunto homicida es un adolescente con problemas de conducta residente en el barrio Guacarapa
Durante dos horas, la niña de doce años acuchillada por un aberrado sexual en Guarenas, caminó entre la maleza hasta llegar a una carretera, donde se desvaneció en el piso mientras trataba de tomar aire para pedir ayuda. Atrás había dejado sus dos amigos, de 9 y 10 años de edad, a la suerte de un delincuente que sin piedad los atacó con cuchillos, pero ella logró escapar gracias a que fingió estar muerta.
La niña salió de su casa a las 6:00 de la tarde del sábado. Iba a visitar a su tía pero en la plaza de las terrazas, en el urbanismo Ciudad Socialista Belén, se encontró a dos amigos que la invitaron a ir en busca de mamones que florecían en unas plantaciones cercanas, en los límites entre el sector Guacarapa, en el municipio Plaza del estado Miranda.
Los padres de los niños y vecinos no los veían desde las 4:00 de la tarde, durante ese último encuentro que los llevó rumbo a la muerte. Sergio Antonio Serrano Mujica (9) y de José Miguel García Luis (10), fueron degollados con un cuchillo de cocina.
La madre de la pequeña reconoció que su descuido pudo costarle la vida a su hija. Dijo que la niña salió a la casa de su hermana pero ella nunca se preocupó en llamar para saber si había llegado. Cuando la llamaron del hospital del IVSS de Guarenas para decirle que su niña estaba herida, nunca imaginó la horrenda desgracia que vivió a manos de un sádico que mató a sus amigos.
Allegados a la niña contaron la versión que la sobreviviente aportó a familiares y policía, cuando fue rescatada por el conductor de un colectivo que la llevó hasta el puesto de la GNB, en la urbanización Las Clavellinas. Los uniformados le prestaron auxilio para que fuera atendida de prisa, pues tenía siete heridas cortantes, tres de ellas en el cuello.
Los niños fueron atacados cuando bajaban mamones de un árbol. La menorcita fue herida por los sujetos y cuando uno de los niños trató de ayudarla, también fue herido a cuchilladas. Ella fue testigo como el adolescente de 17 años lo agredió y le cortó el cuello para dejarlo muerto a su lado.
La niña estaba gravemente herida pero cerró sus ojos y permaneció inmóvil y eso hizo que el asesino pensara que estaba muerta. Cuando el adolescente corrió tras el tercer niño que huyó despavorido, ella se levantó y corrió para buscar ayuda.
En efecto, la niña tenía tres cortadas en el cuello pero no murió porque afortunadamente las heridas no alcanzaron arterias. Con sus últimas fuerzas comenzó a caminar hacia la carretera hasta llegar a una vía donde cayó al suelo, casi sin aliento. En la carrera perdió uno de los zapatos por lo que decidió soltar el otro para poder movilizarse más de prisa.
La menorcita lesionada se encuentra estable, pese a que una cuchillada que recibió en la espalda estuvo muy cerca de perforarle el riñón y las del cuello no tocaron arterias. No logra hablar con mucha fluidez ni en detalle de lo que vivió y cuando consigue dormirse entre los calmantes, se despierta sobre exaltada como en una crisis de nervios. Solo recuerda el episodio con mucho temor y el rostro de ese hombre que nunca antes había visto.
Una trabajo conjunto
El subdirector general del Cicpc, comisario Douglas Rico, ofreció ayer una rueda de prensa para informar del esclarecimiento del caso, con la captura de un adolescente de 17 años de edad, a quien lograron darle captura y confesó su participación en el caso.
De acuerdo con las declaraciones del subdirector del Cicpc, tras conocerse el hecho comisiones mixtas comenzaron la búsqueda de los dos niños. Betanía orientó a la policía con su testimonio y de esta manera llegaron hasta los cadáveres. El homicida los habían lanzado por un terreno para desapareceros. A las 3:00 de la madrugada fueron levantados del lugar por las autoridades.
La Policía creó un equipo mixto con funcionarios del Cicpc Caracas y Guarenas, quienes con el apoyo de la GNB, Polimiranda, Poliplaza lograron llegar hasta la vivienda del adolescente a quien conocían como “El Loco”
Rico dijo que el adolescente sin ocupación y residente del sector Guacarapa, donde compartía vivienda con su hermana y su cuñado, tenía serios problemas de conducta. En diciembre pasado hirió con un cuchillo a dos niñas que habitan por la zona, fue detenido y llevado a un reclusorio donde estuvo preso durante dos meses, pero obtuvo una medida cautelar que le concedió la libertad.
Cuando en el sector se corrió el rumor de la masacre, la hermana del adolescente y los vecinos comenzaron a sospechar que el muchacho estaba implicado en el hecho. Su colaboración fue clave para lograr la detención.
En manos de la policía, el homicida confesó su crimen. En su vivienda fue localizada ensangrentada, la ropa que vestía para el momento del hecho. La policía colectó cuatro cuchillos entre los cuales se encontró el arma homicida.
Eran amigos
La niña sobreviviente del ataque de «El Loco» estudia cuarto grado de Educación Primaria en la Unidad Educativa Creación Guacarapa. Es la única hembra y la menor de dos hijos. Su hermano mayor tiene 15 años de edad.
Sergio Antonio Serrano, estaba repitiendo el segundo grado en la Unidad educativa Rosendo Ulpiano Armas.
José Miguel García, estudiaba cuarto grado en la escuela Básica Estadal Lino Bravo, en Guarenas. Los tres con sus familias eran damnificados de la quebrada Altamira, ubicada en el suroeste de la capital del municipio Plaza.
Un llamado a la conciencia
El subdirector del Cicpc hizo un llamado a la colectividad para alertar respecto al hecho de que vecinos de Ciudad Belén y Guacarapa hayan intentado arremeter contra el homicida al enterarse de la masacre. El adolescente fue capturado aproximadamente a las 10:00 de la mañana y horas más tarde, un grupo de personas intentó incendiar por completo la vivienda.
El comisario Douglas Rico llamó a la comunidad a tomar conciencia de este tipo de acciones que a su juicio es una competencia de las instituciones. “Algunas veces puede cometerse errores y atacar a un inocente, porque lo ciega la ira y solo atienden a rumores. Para eso están los organismo que llevan a cabo una investigación”, indicó.
A su juicio, no habría que enfocarse en el tema o razones que llevaron a los tribunales a dejar en libertad al homicida, cuando en diciembre pasado hirió gravemente a dos niñas, sino en el tratamiento médico que debió recibir. “Muchas veces no se trata de llevarlos a prisión, sino de personas que tiene una verdadera enfermedad y que ameritan recibir otro tipo de atención, aunque claro que deben estar bajo resguardo para evitar que pueda hacer daño a otros”, explicó.