Morales, quien regresaba de una cumbre de países exportadores de gas en Moscú, se vio obligado a desviar la aeronave presidencial a Austria ante la prohibición de París, Madrid y Lisboa de cruzar su espacio aéreo
LA PAZ. El desvío del avión presidencial boliviano causó el miércoles indignación entre los líderes latinoamericanos que calificaron la maniobra de violación de la soberanía nacional por parte de países con una larga historia de falta de respeto hacia la región.
Sin embargo, mientras el presidente Evo Morales regresaba a casa tras una escala imprevista de 14 horas en Viena, no había señales de que algún país de América Latina fuera a brindar asilo al ex agente de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés) Edward Snowden a salir de la zona de tránsito del aeropuerto internacional de Moscú y encontrar asilo en alguna nación de la región dispuesta a resistir la presión de Estados Unidos para su extradición.
El caso Snowden parece una demostración del poder persistente de la influencia de Estados Unidos en el mundo a pesar de la sensación inicial de que el gobierno de Barack Obama había perdido el control de la situación, sensación acentuada en un principio cuando China desafió a Washington al permitir que Snowden partiera de Hong Kong.
Morales, quien regresaba de una cumbre de países exportadores de gas en Moscú, se vio obligado a desviar su avión presidencial a Austria ante la prohibición de París, Madrid y Lisboa de cruzar su espacio aéreo debido a la sospecha de que pudiera estar ocultando a Snowden. El embajador español en Austria incluso trató de abordar el avión, bajo pretexto de tomar un café, para verificar si Snowden estaba o no a bordo, dijo Morales.
En una reacción inmediata que puso de manifiesto un espíritu de cuerpo regional, diversos gobiernos latinoamericanos condenaron lo ocurrido y se solidarizaron con el mandatario boliviano.
Reunión de mandatarios
hoy en Cochabamba
El vicepresidente boliviano Alvaro García Linera reveló que «varios presidentes se están autoconvocando para reunirse el jueves en la ciudad de Cochabamba (en el centro de Bolivia) para un desagravio al presidente Evo Morales y a Bolivia».
Agregó que habló con el presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien está de acuerdo con esa reunión, y «tal vez esté la presidenta Cristina (Fernández de Argentina). Estará el presidente de Venezuela (Nicolás Maduro), también el presidente de Uruguay (José Mujica) y veremos si se hacen presentes otros presidentes». Correa, por su parte, confirmó su presencia en el encuentro a través de su cuenta de Twitter.
La demostración de unidad que recorrió el continente desde Cuba hasta Argentina quedó de manifiesto de inmediato con la idea inicial de algunos mandatarios de convocar a una reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y con una declaración del secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, quien expresó «su profunda molestia» por la negativa de varios países europeos al uso del espacio aéreo por sospechar que Morales viajaba con el buscado ex espía estadounidense.
Unasur emitió un comunicado en el que expresó «su mayor solidaridad» con Morales y su gobierno y manifestó «indignación y profundo rechazo por tales hechos que constituyen actos inamistosos».
El organismo sudamericano, sin mencionar el nombre de ninguna nación europea, demandó «el esclarecimiento de tales hechos y las explicaciones a que hubiere lugar».
Por su parte, la mandataria argentina hizo un pormenorizado relato del caso en Twitter donde narró paso a paso una conversación telefónica con el mandatario ecuatoriano Correa, quien fue el primero en informarle lo ocurrido a Morales en su vuelo de regreso de Rusia.
Fernández sostuvo que la situación vivida por Morales fue «muy humillante» y que llamó al mandatario boliviano a Viena, donde estaba retenido su avión, quien le contó que estaba en «en un saloncito en el aeropuerto» y no permitiría que revisaran el avión para verificar si iba Snowden. «Simplemente perfecto. Fuerza Evo», escribió Fernández.
En un acto oficial el miércoles, la gobernante argentina volvió sobre el tema y afirmó que el avión presidencial de Morales gozaba de» inmunidad absoluta e indiscutible» y que «fue ilegalmente detenido en la vieja Europa» donde prevalecen «vestigios de un colonialismo que creíamos totalmente superado».
El hecho «constituye no sólo una humillación a la nación hermana» sino también a Latinoamérica, añadió.
En tanto, la cancillería cubana consideró lo ocurrido al mandatario boliviano como un acto «inadmisible, infundado y arbitrario que ofende a toda la América Latina y el Caribe».
«Cuba sigue con seria preocupación los acontecimientos de las últimas semanas relacionados con las significativas denuncias del ciudadano norteamericano Edward Snowden, que confirman la existencia de un sistema de espionaje global por parte del gobierno de los Estados Unidos».
El gobierno uruguayo expresó en un comunicado «su fuerte rechazo y condena ante la arbitraria e inexplicable prohibición de sobrevolar el espacio aéreo por parte de varios países europeos a la aeronave que transportaba al presidente Evo Morales» y también pidió una reunión de la Unasur.
En Chile, el gobierno de Sebastián Piñera afirmó que «confirma la necesidad de que ante situaciones como ésta se respeten las normas del derecho internacional y del trato que se le debe a la aeronave de un Jefe de Estado».
«Nuestro país hace un llamado a aclarar lo ocurrido», agregó en una nota.
FARC acusa de «racismo»
La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que en Cuba sostiene conversaciones de paz con el gobierno de Colombia, también condenó lo sucedido. Según indicó el dirigente rebelde Ricardo Tellez, cuyo nombre legal es Rodrigo Granda, se trató de una «infamia» por parte de las potencias «que todavía creen a estos pueblos (de Latinoamérica) colonias».
«Hacen gala de un racismo desenfrenado», expresó Tellez. AP
Michael Weissenstein / AP