Dos nuevos teléfonos con el sistema Android lucen y suenan conocidos para aquellos que han estado prestando atención a este tipo de dispositivos. Esto se debe a que son réplicas del Galaxy S4 de Samsung y el One de HTC, salvo porque carecen de la mayoría de los artilugios y silbatos añadidos a los modelos originales.
Y eso es algo bueno.
Las modificaciones que Samsung y HTC hicieron al software Android de Google pretenden ser mejoras. Pero ya me he quejado antes acerca de cómo los cambios en realidad hacen que los teléfonos sean más complicados para usar. El S4 cuenta incluso con un modo fácil para los usuarios que tienen por primera vez un teléfono multiusos, un reconocimiento de que el modo normal es demasiado confuso.
Google trabajó con Samsung Electronics Co. y HTC Corp. para lanzar ediciones «Google Play» de los exitosos teléfonos. En lugar del software personalizado de Samsung y HTC, los teléfonos de Google usan una versión pura de Android, tal y como fue desarrollado por Google.
Google permite a cualquier fabricante de teléfonos utilizar el sistema operativo Android de forma gratuita. Para diferenciarse de la competencia, los fabricantes de teléfonos suelen añadir sus propios toques a los dispositivos: reorganizan el menú o cargan aplicaciones adicionales.
A las compañías telefónicas también les gusta añadir sus propias aplicaciones. Así, antes de que la persona se dé cuenta, los teléfonos están llenos de características y aplicaciones que no desea y de las que no puede deshacerse.
Los dos teléfonos de Google se sienten minimalistas y menos cargados, lo cual es grandioso porque hace sentir al usuario que tiene el control. Si quiere saber constantemente el estado del tiempo, es fácil añadir una aplicación para el clima a la pantalla de inicio de cualquiera de los teléfonos. Pero no es obligatorio.
Lo mismo ocurre con las aplicaciones. Tienen funciones básicas como la mensajería de texto y el reloj, así como una amplia gama de servicios de Google como Gmail y YouTube. Si el usuario quiere otras aplicaciones, puede tocar fácilmente el icono de Google Play para conseguirlas.
Con el S4 original, Samsung trata de dirigirlo a su propia tienda de aplicaciones, así como a sus propios reproductores de música y vídeo. El usuario termina con demasiadas maneras de hacer las mismas cosas.
Se podría pensar que se necesita mucho trabajo para agregar las aplicaciones que el usuario desea a los teléfonos de Google, pero en realidad se necesita más trabajo para ocultar o desactivar todo lo que no es necesario — si es que se puede— con las versiones de Samsung y HTC.
Las malas noticias: la edición de Google del S4 se vende por 649 dólares, y la del One por 599 dólares. Normalmente, los modelos originales se pueden obtener por 100 a 200 dólares a través de los operadores de telefonía móvil en Estados Unidos con un contrato de dos años. AP