Los funcionarios de los servicios de espionaje de Estados Unidos deben hacer un mejor trabajo de análisis de las montañas de datos de internet, telefonía y financieros que recaban de todo el mundo para frustrar a los terroristas cibernéticos del mañana, opina el ex director del FBI Louis Freeh.
En declaraciones a The Associated Press antes del Foro Global de Inteligencia que comienza este lunes en Irlanda, Freeh dijo que los piratas informáticos que buscan tomar el control de —o desmontar— piezas clave de la infraestructura de Estados Unidos podrían hacer más daño que los atacantes de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Dijo que los sistemas informáticos que controlan las plantas de energía, la navegación de aviones y barcos y hasta el cambio de luces en la calle podrían ser interceptados y manipulados.
«Tradicionalmente la gente ve a esta amenaza como alguien que roba su identidad o su número de tarjeta de crédito. Esa es una perspectiva muy benigna del potencial real del ciberterrorismo», dijo el ex director del FBI.
«Usted podría manipular sistemas de transporte, sistemas de navegación aérea, sistemas de seguridad en las carreteras, sistemas de operaciones marítimas. Usted también podría apagar un sistema de energía en el noreste de Estados Unidos a la mitad del invierno. El potencial de destrucción masiva en términos de vida y propiedad sólo se ve limitado por el acceso y éxito (de los atacantes) en la penetración y secuestro de estas redes», dijo.
Freeh dijo que las personas no deben ser inducidas a la complacencia simplemente porque los ataques de los intrusos cibernéticos contra el gobierno y empresas no han matado directamente a nadie hasta la fecha.
«Hay una gran cantidad de tecnología y mucha capacidad, sobre todo entre los actores estatales», dijo en referencia a las operaciones de ciberespionaje de otros gobiernos como en China, que las autoridades estadounidenses han culpado previamente del robo de secretos comerciales corporativos estadounidenses. «Pasamos por la Guerra Fría sin que nadie detonara una bomba nuclear, pero eso no significó que la capacidad y la amenaza no estuvieran allí».
Freeh, de 63 años, dirigió la Oficina Federal de Investigación de 1993 a 2001, y dejó el FBI justo antes de los ataques de Al Qaeda contra el World Trade Center y el Pentágono.
El ex director del FBI hizo estas declaraciones en un contexto de continuas revelaciones del ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Edward Snowden, que se cree que continúa en el aeropuerto de Moscú tres semanas después de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos lo acusara de espionaje y robo de propiedad del gobierno.
Freeh cuestionó la descripción de Snowden como denunciante, así como por qué la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés) dio a Snowden acceso a sus secretos sin supervisión eficaz.
Dijo que Snowden debería «acudir a un foro o espacio en el que pudiera defender sus acciones». Dijo que la NSA, al igual que otras agencias del gobierno de Estados Unidos, tiene un proceso de reportes internos para los denunciantes que alegan irregularidades, pero que Snowden no parece haberlos utilizado.
«Él dijo públicamente que estaba presenciando y participando al menos indirectamente en lo que él creía que era una violación masiva de los derechos de los Estados Unidos, derechos constitucionales, derechos humanos, y que por eso se vio obligado a revelarlo públicamente. No es así. Es Hollywoodense y puede ser romántico que alguien piense: Dios mío, este hombre no tuvo más remedio. Sin embargo, la realidad es que tenía un montón de opciones», dijo el ex director del FBI.
Dijo que la NSA dio a Snowden acceso a todo el sistema con «la capacidad de extraer y copiar documentos ultrasecretos que detallan programas confidenciales y elaborados». Agregó que un estudio reciente de PricewaterhouseCoopers encontró que los empleados cometían alrededor de un tercio de todas las violaciones de datos confidenciales.
Ese es el mayor problema para las agencias gubernamentales y las empresas, dijo: ¿Qué debe estar disponible en sus propias conexiones internas de intranet y quiénes deben tener autorización para verlo?
Como están las cosas ahora, dijo, «mucha gente tiene demasiado acceso» a documentos confidenciales en empresas y agencias gubernamentales. Sugirió que la información más confidencial de un grupo debería quedarse sin una huella electrónica y ser resguardada como en la vieja escuela, igual que la receta de la Coca-Cola de sus refrescos estuvo alguna vez bajo llave y en una caja fuerte.
Asimismo dijo que todo el mundo en el siglo XXI debe asumir que cada vez que tocamos nuestro teclado o teléfono multiusos, la información se coloca a ciegas en varias bases de datos que van desde los agregadores de internet a los discos duros de la NSA.
AP