El Ministerio de Salud de Brasil dijo que el tratado con Cuba está congelado sin dar mayores explicaciones al respecto, según el diario Folha de Sao Paulo.
«Se trata de una cooperación con gran potencial a la que le atribuímos un gran valor estratégico», había asegurado el canciller Antonio Patriota, al mencionar la negociación meses atrás.
Sin embargo, ahora el ministerio decidió atraer personal médico de manera individual y no considerar la oferta de «un contingente» hecha por el gobierno cubano, tal como lo hace el gobierno de los hermanos Castro en Venezuela
Si bien las misiones del régimen comunista, aliado del gobierno de Dilma Rousseff, son aclamadas por su trabajo humanitario en países como Haití, no escapan de las críticas de activistas de derechos humanos cuando se trata de trabajo remunerado.
En el modelo usado en Venezuela, Cuba funciona como una empresa tercerizada que ofrece a los profesionales médicos y recibe dinero del país que los acoge. Aún así, los trabajadores lo encuentran atractivo porque ganan sólo cerca de US$40 en la isla, y afuera tienen más beneficios.
No obstante, algunos ex participantes acusan al gobierno comunista de someterlos a una dura disciplina e imponer retenciones a sus sueldos como una medida para evitar la deserción.
En las reglas venezolanas, vigentes desde 2010, se exigía incluso pedir autorización para dormir fuera de los hospedajes asignados, y está prohibido hablar con la empresa.
«No veo ese modelo aplicado en Venezuela aquí en Brasil. No es compatible con las leyes de trabajo brasileras y la Constitución», aseguró el procurador general del Ministerio Público de Trabajo, José de Lima Ramos al diario Folha de Sao Paulo.
El revés para el gobierno cubano implica que pierda una fuente de ingreso importante, pues, según estimativos, Cuba recibe US$6 billones anuales por exportar a sus médicos.