Una “enfermedad terminal” estaría viviendo la salud en Venezuela, de acuerdo a la opinión del presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera, cuyos cálculos le hacen asegurar que un 80 por ciento de los centros asistenciales apenas tienen insumos para atender a los enfermos.
Para León Natera, a las protestas que se realizaron la semana pasada en el hospital de Coche, se le suman también el principal centro de Mérida y el hospital Vargas, “que antes era una estrella y ahora es solo un ambulatorio donde no hay manera de atender las emergencias de noche”, afirma el galeno, al tiempo que asegura que las causas de todos los problemas se deben a “la inacción del gobierno nacional”.
“Los hospitales, con 45 mil camas que representan el 80 % de la capacidad instalada, apenas logra resolver o atender el 47 % de la demanda de servicios, en tanto que el sector privado cubre 50 % de las necesidades con apenas un 20 % de disponibilidad”, asevera el dirigente gremial, para justificar que las clínicas se encuentren completamente abarrotadas: “Lo peor es que el gobierno, en vez de concertar con ellas las persigue y ahorca”, al tiempo que alerta la grave situación que afrontarán los centros particulares con la regulación que pretende imponer el Estado: “El costo de la diálisis no da ni para el mantenimiento de la máquina, yo creo que no aguantarán ni seis meses con esos costos que pretenden imponer”, denuncia.
Respecto al sector público, el presidente de la Federación Médica cree que los extraordinarios ingresos petroleros de los últimos años no se han visto reflejados en inversión para atender a los venezolanos más pobres: “No equipan los hospitales, ni los mantienen y, además, crean mecanismos paralelos como Barrio Adentro, que no resuelven la crisis y lo peor es que tampoco cuentan con todos los recursos que se necesitan”, asegura.
Para concluir, Douglas León Natera recuerda que, al igual que lo que sucede con el sector universitario, el gobierno nacional también siente un profundo desprecio por el gremio médico, ya que se ha impedido una renovación de las autoridades de la federación y llevan muchos años sin discutir ni aprobar una contratación colectiva acorde con los tiempos que vive Venezuela.