El proceso para el Juego de Estrellas es poco representativo de lo que ha sido el derecho del voto en toda la historia de Estados Unidos
La semana pasada, la Corte Suprema de Estados Unidos derribó elementos claves de la Ley de Derecho del Voto. Si solo la justicia hubiese estado envuelta en el proceso de votación del Juego de Estrellas también.
El voto para el Juego de Estrellas terminó el jueves, el cuatro de julio. Y 237 años después que los antepasados estadounidenses declararon su independencia de la tiranía del Rey Jorge y le garantizaron a todos los norteamericanos una voz sobre quién es electo en el clásico de mediados del verano, está claro que el sistema de votación está plagado de abusos. Thomas Jefferson y George Washington seguramente estarán muy cabizbajos de la vergüenza que es un milagro que no se enreden durante la carrera de los presidentes en el estadio de los Nacionales de Washington.
Como por ejemplo…
En un reciente partido de los Marineros de Seattle, el anunciador local exhortó a los fanáticos a visitar un estante especial en donde podían votar en múltiples ocasiones para el equipo para el Juego de Estrellas. Aún más, si votaron al menos en 10 ocasiones por una lista de candidatos del conjunto de casa, recibirían un regalo especial.
Esto combina lo peor de las políticas modernas; el intenso y extremo partidismo con la corrupción de la compra de votos. No es que tenga un efecto tan notable; ni un solo jugador de Seattle está entre los seis con más votos en cualquier posición. Los Marineros son como una especie de Partido Whig de las políticas del Juego de Estrellas; no han sido relevantes en la papeleta desde hace rato.
Pero los Marineros son un mero ejemplo del intento de influenciar votos. Los Cachorros de Chicago enviaron un mensaje recientemente informándole a la fanaticada de que podían votar en 35 ocasiones para el equipo para el Juego de Estrellas en solo cinco minutos. ¿Treinta y cinco veces? Ni aún los ciudadanos muertos de cualquier lugar del mundo votan tantas veces en una elección.
Y eso no es nada comparado con las campañas para elegir a David Wright para tercera base. Los anfitriones de la radioemisora de Nueva York WFAN, Boomer Esiason y Craig Carton, están ofreciendo un boleto gratis para un partido de los Mets de Nueva York (además de transporte por autobús) para los fanáticos que puedan comprobar que votaron al menos en mil oportunidades por Wright. También han armado un «taller de ejercicio intensivo» en el estudio radial, con 25 mujeres intentando llenar la papeleta por Wright unas 70,000 veces.
Los Mets también en un momento se acercaron a cougarlife.com, una página web de citas dedicado a mujeres mayores buscando hombres más jóvenes, para solicitar aún más votos para Wright. Muchos están sorprendidos de que los Mets no combinaron sus fuerzas con Esiason y Carton haciéndolos contratar a Annie Savoy para supervisar su taller.
Se sabe Wright es un gran jugador y seguramente por eso sea seleccionado para el equipo. Pero, ¿qué pasó con el concepto de «un hombre, un voto»?
En los viejos tiempos, la gente tenía que ganarse su derecho al voto. Nadie podía votar repetida e infinitamente por su jugador favorito armando varias cuentas de correo electrónico en diferentes sistemas (la computadora de la oficina, la laptop, smart phone y la tablet, junto a la laptop, smart phone y tablet de tu esposa) que ni tan siquiera la Agencia de Seguridad Nacional podía seguir los rastros de todos.
Para aquel entonces, si se quería llenar la caja de papeletas, literalmente había que que llenarla. La gente tenía que perseguir las papeletas -y si no vivías cerca de un parque de pelota de las grandes ligas, eso podía ser una verdadera tarea- para entonces metódicamente marcar sus selecciones una por una. Era lento y tedioso y todos los residuos de papel cubriendo tu cuerpo hacía que pareciera que tenía el peor caso de caspa del mundo. Pero el esfuerzo mostraba que importaba.
Ahora, es muy fácil votar. Peor aún, es demasiado fácil abusar del voto.
El primer arreglo para esto es el reducir la cantidad de veces que se pueden votar en línea. ¿Treinta y cinco veces? Eso es innecesariamente mucho. Eso no incrementa la participación; solamente aumenta el número total de votos para Greg Dobbs.
Segundo, limitar las prácticas de votos del «taller». No está simplemente mal, pero el sudor hace que las papeletas se humedezcan y se hagan difíciles de leer.
Tercero, los equipos deben parar de exhortar a la fanaticada de que envíen un gran número de papeletas partisanas ofreciendo a cambio mercancía gratis y ofreciendo cosas constantemente. Ya de por sí es malo que existan canales mediáticos partisanos diciéndole a los norteamericanos cuál candidato político deben elegir. No se debe estar extendiendo esa práctica sobre el llamado clásico de mediados de verano. Los fanáticos deben votar por su conciencia, no lo que les diga el equipo local. Especialmente si ese equipo tiene un récord de derrotas.
Después de todo, es el Juego de Estrellas, no el juego de solamente las estrellas (y muchas no estrellas) de mi equipo.
Y finalmente, esta es la mejor manera de desalentar el abuso del voto: si alguien puede comprobar que votaste 1,000 veces por David Wright o cualquier otro jugador, entonces la NSA te buscará y encontrará y te obligará a aceptar entradas gratis para dos partidos de los Mets.
Quieren a Yasiel
La sensación cubana Yasiel Puig recibió uno de los más enfáticos endosos para su participación en el Juego de Estrellas 2013, nada menos que del capitán del equipo de la Liga Americana para el Festival de Jonrones, el segunda base de los Yankees de Nueva York, Robinson Canó.
«Para mí Yasiel Puig tiene que ir al Juego de Estrellas. Imagínate, eso es algo de los fanáticos y para mí lo que está haciendo es algo es increíble y deberían darle el chance de ir», dijo el estelar segunda base dominicano.
Puig tuvo la oportunidad de conocer a Canó durante la primera visita histórica de los Dodgers de Los Ángeles a Yankee Stadium el pasado 18-19 de junio, donde el cubano sólo tuvo palabras de elogio para el astro dominicano, tildándolo como uno de sus héroes.
Puig se convirtió en el primer novato en 55 años en recibir el premio de Jugador del Mes tras su primer mes en Grandes Ligas. El cubano jugó en 26 partidos en junio, y fue también nombrado Novato del Mes de la Liga Nacional, la quinta ocasión en que un jugador debutante logra ambos galardones desde 2001.
El jardinero de 22 años lidera a todo MLB con un promedio de.436, con 8 cuadrangulares y 17 carreras remolcadas, y sus 44 hits son la segunda mayor cantidad de todos los tiempos para un novato en su primer mes en Grandes Ligas desde los 48 conectados por Joe DiMaggio en 1936.
De no recibir suficientes votos, Puig podría ser seleccionado por el capitán del equipo jonronero de la Liga Nacional, el tercera base de los Mets de Nueva York, David Wright, quien tendrá la oportunidad de escoger a tres jugadores adicionales entre los ocho participantes por bando.
Canó, quien será capitán de la Liga Americana por segundo año consecutivo, ha mantenido completamente en secreto a los jugadores que seleccionará para conformar su equipo, pero admitió que le encantaría enfrentarse a Puig.
La competencia de cuadrangulares se realizará el lunes, 15 de julio, un día antes del Juego de Estrellas, que se celebrará por primera vez en los predios del CitiField, sede de los metropolitanos.
Canó ya dijo que le pedirá a su padre José Canó que sea nuevamente su lanzador. El segunda base será capitán por segunda vez consecutiva tras alzarse campeón de la vistosa competencia en Arizona en 2011, donde derrotó al actual compañero de equipo de Puig, el mexicano Adrián González.
Jim Caple
espn.com