La violencia frente al edificio de la Guardia Republicana en El Cairo -donde el derrocado mandatario Mohamed Morsi estuvo detenido la semana pasada- dejó la mayor cifra de muertes desde que protestas masivas forzaron la salida del gobierno del líder de los Hermanos Musulmanes y la instauración de una administración civil interina
EL CAIRO. Soldados y policías egipcios se enfrentaron el lunes con islamistas que protestaban contra el derrocamiento del presidente Mohamed Morsi, violencia que derivó en la muerte de 51 manifestantes y tres miembros de las fuerzas de seguridad, al tiempo que profundizó la crisis en el dividido país.
El brazo político de la Hermandad Musulmana exhortó a una rebelión total contra el ejército luego de que éste derrocó a Morsi.
La violencia frente al edificio de la Guardia Republicana en El Cairo —donde Morsi estuvo detenido la semana pasada— dejó la mayor cifra de muertes desde que protestas masivas forzaron la salida del gobierno de Morsi y la instauración de una administración civil interina.
Incluso antes de que concluyese el conteo de víctimas, había versiones contradictorias sobre cómo comenzó la violencia.
Los manifestantes partidarios de Morsi dijeron que las tropas atacaron su campamento sin provocación justo después de que ellos habían concluido sus rezos matutinos. Las fuerzas armadas dijeron que los soldados fueron blanco de disparos por pistoleros que mataron a un oficial del ejército y dos policías, aunque su recuento de lo sucedido dejó muchas interrogantes sin respuesta.
Testigos ajenos al campamento de protestas indicaron que los soldados parecían estar avanzando para desalojar el lugar y estaban arrojando gas lacrimógeno cuando estalló la balacera. Una mujer dijo que le parecía que los primeros disparos provinieron del lado de los manifestantes, pero otros dijeron no estar seguros.
Cualquiera que haya sido la causa, los choques duraron tres horas, en las que los manifestantes lanzaban piedras y bombas incendiarias desde techos y se escuchaban disparos. Clínicas cercanas administradas por partidarios de la Hermandad Musulmana se vieron inundadas de manifestantes heridos. Más de 400 personas resultaron lesionadas en los choques, dijeron las autoridades.
La violencia casi seguramente profundizará la brecha entre la Hermandad Musulmana, que dice que las fuerzas armadas ejecutaron un golpe contra la democracia, y sus oponentes, que afirman que Morsi desperdició su victoria electoral del 2012 y estaba destruyendo la democracia al fortalecer su control del estado.
En un paso que probablemente inflamará las tensiones, el Partido Libertad y Justicia —la rama política de la Hermandad Musulmana— le pidió el lunes a los egipcios levantarse contra el ejército. Morsi ha sido desde hace tiempo el líder de la Hermandad.
El partido también hizo un llamado a la comunidad internacional para que detenga lo que calificó de masacres en Egipto, y acusó a las fuerzas armadas de empujar al país al borde de la guerra civil, bajo el argumento de que la nación corre peligro de convertirse «en la nueva Siria».
El derramamiento de sangre creó fracturas en el grupo de movimientos que respaldaron el derrocamiento de Morsi. AP
Advierten de una «guerra civil
El máximo clérigo musulmán de Egipto advirtió de una «guerra civil» y dijo que iba a recluirse en su casa hasta que acabe la violencia, una inusual y dramática muestra de protesta dirigida a ambas partes. El jeque Ahmed el-Tayeb exigió además que se establezca un proceso para la inmediata reconciliación, incluyendo la excarcelación de los miembros de la Hermandad detenidos.
El partido ultraconservador Al-Nour, el único partido islamista que se había sumado a las conversaciones sobre el nuevo gobierno y el proceso político posterior a Morsi, anunció que había suspendido su respaldo al proceso de transición en respuesta a la «masacre».
AP