TEGUCIGALPA, Honduras. El Ministerio Público confirmó el miércoles que un cadáver calcinado y mutilado encontrado en las afueras de la ciudad norteña de San Pedro Sula es el de un periodista desaparecido en junio.
Roberto Ramírez, jefe de fiscales, dijo en rueda de prensa que «los exámenes forenses y de ADN confirman que el cuerpo es del periodista (Aníbal) Barrow… y no hay dudas».
El anunció lo hizo el funcionario tras conocer el dictamen forense, morfológico, radiológico y odontológico forense practicado a los restos humanos enterrados en dos fosas en las riberas de la pequeña laguna de Siboney, a unos 20 kilómetros (12 millas) al sur de San Pedro Sula.
Ramírez no explicó las causas del crimen para no entorpecer las investigaciones policiales.
Informó sin embargo que había al menos diez sospechosos en el caso, de los cuales cuatro están presos.
Barrow, de 62 años, fue secuestrado el 24 de junio por hombres armados cuando iba en su camioneta por una calle de San Pedro Sula junto con dos familiares y su chofer, pero estos fueron dejados en libertad prontamente e ilesos.
Ramón Custodio, Comisionado Nacional de Derechos Humanos, dijo que «la violencia contra los periodistas representa una amenaza a todos en Honduras, uno de los países más peligrosos del mundo».
Aseguró que pese a que los asesinatos no cesan, los periodistas continúan realizando su trabajo.
El reportero televisivo de Tegucigalpa, Manual Alcántara, dijo que su hijo a menudo le pide que cambie de profesión.
«Tratamos de mantener un perfil bajo y rara vez salimos de la casa, cuando no estamos en la oficina», expresó. «Mi mayor temor es que alguien descubra la identidad de mi esposa o hijo y los usé en mi contra para dañarme».
Alcántara sostuvo que «lo mismo que le hicieron a Barrow y su familia, podrían hacer a nosotros. Por eso, tenemos miedo».
Dijo que con sus colegas suele discutir las posibles consecuencias para su seguridad cuando investigan casos periodísticos.
Barrow tenía un popular programa noticioso matutino llamado «Aníbal y Nada Más» en televisión Globo en San Pedro Sula.
Informes de la prensa local insinúan que un quinto sospechoso recibe trato de testigo tras indicar a la policía el lugar donde se hallaba el cuerpo.
De acuerdo con estadísticas del gobierno, 35 periodistas han sido asesinados en los últimos diez años.
Datos de la ONU muestran que Honduras tiene una de las tasas delictivas más altas del mundo, de 85,5 por cada 100.000 habitantes, incluyendo ataques a periodistas.
AP