El receso por el Juego de Estrellas representa el punto medio mítico, pero no matemático, de la temporada regular. Si es algo que se sabe con certeza al llegar al clásico de media temporada es que no se puede pronosticar cómo terminarán las cosas.
Por supuesto que hay señales alentadoras para aquellos equipos que esperan conseguir un boleto a octubre. Y también hay jugadores que están en posición de terminar con números individuales asombrosos.
Pero a mitad de camino, falta mucho por aprender y por presenciar, y muchas cosas que ni siquiera nadie se puede imaginar.
Sobran interrogantes: ¿Acabarán los Piratas con su sequía de 20 años sin ir a los playoffs? ¿Podrán los Gigantes salir del bache de manera histórica para defender su corona? ¿Terminarán los Cardenales, Bravos, Atléticos y Medias Rojas tan rápido como comenzaron?
Al nivel individual, ¿podrá el venezolano Miguel Cabrera lograr la Triple Corona de bateo por segunda temporada consecutiva? ¿Seguirá Chris Davis volándose la cerca a un paso que no se ha visto en años? ¿Mantendrán Max Scherzer y Patrick Corbin sus porcentajes históricos de victorias?
Obviamente, hay mucho por definirse. Aunque los desempeños individuales sin duda captarán la atención de todos en la recta final, la pregunta más importante sigue siendo: ¿1uién estará de pie en octubre para la postemporada?
Suena simple, pero es cierto: cuando se trata de la posición de los equipos al llegar el receso del Juego de Estrellas, entre mejor marca tengan, mejores posibilidades tienen de llegar a los playoffs, aunque de ambos lados hay excepciones.
Por ejemplo, quién hubiese pensado a mediados de la temporada anterior que dos equipos en los .500 o un par de juegos por encima llegarían a los playoffs. Pero los Atléticos (43-43) y los Tigres (44-42) vieron acción en octubre y Detroit hasta llegó a la Serie Mundial.
Tanto los Tigres como los Atléticos llegan a la segunda mitad del 2013 después de una primera mitad mucho más sólida, pero ambos clubs están conscientes de que eso no cambia en lo absoluto el reto que enfrentan.
«Se trata de batallar hasta el final y ver quien sobrevive», dijo el manager de los Tigres, Jim Leyland. «Eso es lo que hicimos el año pasado y lo que se tiene que hacer en este negocio».
En los últimos 10 años, incluyendo el 2012, cuando debutó el nuevo formato de la postemporada con 10 equipos, solamente ocho de los 82 clubes que han ido a los playoffs lo han hecho después de estar en o por debajo de .500 a mediados de camino.
Mientras que muchos otros equipos tienen marcas parejas de cara a la segunda mitad, de llegar a los playoffs, cualquier club que esté cinco juegos por debajo de .500 en estos momentos estará haciendo algo que no se ha visto en una década. Quizás pueden tener como inspiración a los Mets de 1973, quienes llegaron hasta la Serie Mundial a pesar de que estaban nueve juegos debajo de .500 a mediados de la temporada.
Pero los equipos también suelen decaer después del receso del Juego de Estrellas y quizás ningún club lo sepa mejor que los Piratas, quienes por tercera campaña consecutiva están en plena pelea en la División Central de la Liga Nacional a mediados de la temporada.
Se puede pensar que pretenden tener otro resultado esta vez y no hay motivos para dudar que lo lograrán una vez que regresen a la acción con una ventaja de cuatro juegos en el Comodín.
«Estamos contentos, pero no hay persona alguna en ese clubhouse que esté conforme», dijo el mánager de los Piratas, Clint Hurdle. “Estamos en una buena posición. Jugamos duro en la primera mitad. El jueves reiniciaremos».
En el último par de temporadas, los Piratas han sufrido deslices en la segunda mitad. El año pasado, estuvieron a 15 juegos por debajo de .500 después del receso del Juego de Estrellas.
Claro que los Piratas no son los únicos que han decaído en la segunda mitad y los Atléticos y los Tigres no han sido los únicos que han logrado un repunte en la segunda mitad. Los puestos que aseguran un pase a los playoffs han cambiado de mano al menos una vez en cada liga en cada uno de los últimos 10 años, con dos excepciones: el 2008 en la Liga Americana y el 2006 en la Liga Nacional.
El año pasado, cuatro equipos perdieron sus ventajas después del Juego de Estrellas. En los últimas cinco temporadas, un total de 15 puestos han cambiado de dueño entre el receso y el final de la campaña.
Para aquellos equipos que aguardan la esperanza de un repunte, los Atléticos del 2012 establecieron un estándar bien alto al registrar un porcentaje de victorias de 26 juegos por .500 en la segunda mitad para dejar atrás a dos equipos y ganar el Oeste de la Liga Americana. Pero ni eso se compara a la temporada del 2001, en la cual los Atléticos tuvieron foja de 58-17 después del receso para llegar a los playoffs después de haber tenido marca de 44-43 a mitad de la campaña.
Los Gigantes estuvieron más de 20 juegos por encima de .500 en la segunda mitad en ruta a su corona en el 2012. Incluyendo a San Francisco, son 11 los equipos que en los últimos 10 años han tenido porcentaje de victoria de 20 juegos por encima de .500 o mejor en la segunda mitad para clasificar para los playoffs.
Por otro lado están los dos equipos que disputaron la Serie Mundial del 2006. Esa temporada, los Cardenales tuvieron 35-39 después del receso del Juego de Estrellas y ganaron el Clásico de Otoño. Sus contrincantes, los Tigres, registraron marca de 36-38 en la segunda mitad. Dos equipos que parecían quedarse sin gasolina en la recta final terminaron siendo los últimos dos de pie.
En verdad, estar a medio camino significa justo eso. Se puede decir que lo mejor del receso del Juego de Estrellas es que lo mejor aún está por verse.
LA CIFRA
4 juegos de ventaja sobre los Rojos de Cincinnati tienen los Piratas de Pitsburgh en el comodín de la Liga Nacional, con récord de 56 victorias y 37 derrotas
John Schlegel
mlb.com
AP / Gene J. Puskar