La responsabilidad asignada a los militares en refugios, cárceles y seguridad ciudadana, son 3 ejemplos emblemáticos del modo perverso cómo el Gobierno ha venido enfrentando el fracaso de la gestión gubernamental. En pocas palabras, cuando queda en evidencia la incapacidad para la gestión pública de ciertas áreas, estas terminan siendo delegadas en manos de la Fuerza Armada Nacional (FAN)…
El Plan Patria Segura, rumbo ya a los 100 días de ejecución, no es la excepción y ratifica la mecánica de gestión por una crisis delegada finalmente a militares en la que Chávez incurrió durante 14 años y ahora Maduro repite. Un modelo fracasado que solo demuestra la incapacidad de un gobierno de hacer cumplir la ley, rendir cuentas, corregir y mejorar.
En menos de 10 días tres hechos han consternado al país por uso excesivo y cruel de la fuerza de efectivos militares en labores de seguridad ciudadana: El asesinato de una madre y su hija en Falcón. La muerte de un joven después de obligársele a ingerir gasolina en Táchira y el homicidio con un tiro en la espalda de un mototaxista en Petare. Todos ejecutados por efectivos de la FAN en labores de seguridad ciudadana.
Está claro que muchos efectivos son entrenados para disparar un arma en Venezuela, pero no para evaluar y decidir cuándo hacerlo, conforme a los estándares internacionales.
A estas alturas, solo queda preguntar al ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, por qué no se están cumpliendo 5 elementos básicos que repercutirían definitivamente en mejorar la seguridad ciudadana:
1) La normativa existente para el funcionamiento y despliegue de alcabalas móviles, ordenadas después del 2005 con la masacre de estudiantes en Barrio Kennedy.
2) El deber de portar placas para todo vehículo automotor, especialmente motos.
3) La elaboración de reglas de empeñamiento para el patrullaje de seguridad ciudadana, que comprometen no solo al funcionario sino al superior que las elabora y autoriza.
4) La coordinación policial sin discriminación política desde el poder central con policial estadales y municipales del país.
5) La incorporación de modelos exitosos de gestión de policías al diseño de la gestión nacional de la política de seguridad ciudadana. Esto puede ser evaluado en base a los mejores estándares de efectividad policial, seguridad social y de preparación profesional del funcionario, entre otros elementos.
Finalmente, cabe preguntarse el porqué de ese eslogan del «Gobierno Militar en la Calle»…¿tendremos que recordarle los ciudadanos al poder que las democracias son incompatibles con gobiernos militares de palacio o de calle?
Rocío San Miguel