Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas se prepara para el encuentro que se llevará a cabo este lunes, entre los presidentes de Colombia y Venezuela, Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro.
El encuentro fue acordado tras semanas de tirantez, luego de que el gobierno venezolano protestó porque Santos recibió en Bogotá al excandidato presidencial de la oposición Henrique Capriles.
Capriles ha impugnado los resultados de las elecciones que en abril dieron el triunfo a Maduro, a quien considera un gobernante “ilegítimo”.
Colombia y Venezuela tuvieron difíciles relaciones, llegando incluso a una breve ruptura, durante los gobiernos de Alvaro Uribe (2002-2010) y de Chávez (1999-2013).
Los vínculos se normalizaron con la llegada de Santos a la presidencia, en agosto de 2010.
Santos ha alegado que las diferencias con Maduro se originaron por «malas interpretaciones» de su encuentro con Capriles, lo cual buscará aclarar en la cita de este lunes.
El ministro de Exteriores, Elías Jaua, dijo que espera que el encuentro presidencial permita retomar el camino de las «buenas relaciones entre dos países hermanos», pero recalcó que el problema lo originó Santos «al incumplir» el acuerdo con Chávez de «respetar los procesos políticos internos».
Al confirmar su encuentro con Santos, Maduro dijo el pasado martes que esperaba recomponer las relaciones y que en ello ponía su «mejor voluntad».
«Una reunión de trabajo donde nosotros vamos con la mejor buena fe, la mejor voluntad, vamos con la voluntad chavista del amor por Colombia, porque nosotros aprendimos a amar verdaderamente a Colombia como concepto, como pueblo, como sueño, con Chávez», indicó Maduro en un acto de Gobierno.
«Creemos en la convivencia de hermanos, en la coexistencia pacífica de distintos modelos y vamos a conversar con el presidente Juan Manuel Santos y, ojalá, a restablecer las reglas del juego, las reglas de relacionamiento en base al respeto para la prosperidad de nuestros dos pueblos», indicó ese día.
Afirmó que en la reunión también tocará aspectos de la agenda bilateral, como la persecución a mafias del contrabando en la frontera común y, según José Vicente Rangel, que fue ministro de Defensa, de Exteriores y vicepresidente de Venezuela durante buen parte del mandato de Chávez, también sobre «un nuevo plan golpista»