Trabajó como adjunto del sabio Jacinto Convit, y dejó un legado en publicaciones científicas de habla hispana
Hondo pesar y profundo respeto por su trayectoria han motivado en la familia del sector salud, el deceso del doctor Héctor Jesús Monzón Hernández, eminente sanitarista que dedicó su vida profesional por más de 60 años a la promoción, gerencia e investigación en salud de la entidad mirandina y del país.
Nacido en San José de Río Chico, Barlovento (Miranda), estudió primaria en la escuela José María Pérez Bonalde, de Catia, continuando el bachillerato en la Escuela Normal Miguel Antonio Caro de esa localidad caraqueña.
Egresado de la facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV, 1963), obtuvo varios postgrados mientras brindaba su solidaria atención a las comunidades en diversos centros de salud, titulándose en Gineco-obstetricia, en la Maternidad Concepción Palacios; Dermatoleprología Sanitaria, en la UCV (1963-64), con conocimientos y experiencias adquiridas como adjunto del sabio Jacinto Convit; e igualmente enriqueció su espíritu investigativo con el Curso Medio de Salud Pública (Escuela de Salud Pública, UCV, 1964); Curso en Maestría de Salud Pública (UCV, 1969) y postgrado en Administración de Hospitales (UCV, 1969); Planificación y Presupuesto de Salud (1973), entre otras áreas de las Ciencias Médicas.
En su actuación gremial, este profesional mirandino fue presidente fundador de la Sociedad Venezolana de Salud Pública (1972).vicepresidente y presidente encargado del Colegio de Médicos del estado Apure; candidato a la presidencia del Colegio de Médicos del Estado Miranda y delegado de la Federación Médica Venezolana
En el antiguo Ministerio de Salud y Asistencia Social para el cual cumplió servicios desde 1 de octubre de 1962 hasta el 30 de septiembre de 1996 -aunque en Gaceta Oficial fue publicada la jubilación desde el 31 de diciembre de 1994, en ejercicio del cargo de Director Regional de Salud en la entidad mirandina- Monzón desempeñó la responsabilidad de comisionado de Salud del Distrito Federal y del estado Miranda, en esta última entidad en dos oportunidades, siendo el último período en 1993-1995.
En el ámbito médico y de investigación científica regional este distinguido profesional de la Medicina ha sido calificado por personal especializado que tuvo el orgullo de compartir a su lado espacios laborales, como el gerente que conoció con mayor profundidad las causas de morbilidad de todos los ejes de la entidad mirandina, y diversos profesionales consultados enfatizan su condición de sanitarista desplegada con su actividad epidemiológica.
Así mismo, colegas y personal asistencial que le conocieron en Miranda, destacan del doctor Monzón su caballerosidad al reconocer en múltiples oportunidades y en público el profesionalismo de especialistas dedicados a esta actividad de monitorear con rigor científico la salud de la población. Dejó como legado múltiples trabajos de investigación en diversas publicaciones especializadas de habla hispana.
En la oportunidad que ocupara la dirección regional de Salud en el estado Miranda, cuya sede estaba ubicada entonces en la avenida Independencia de la capital mirandina, nunca dejó de escuchar a los trabajadores que hicieran reclamos por sus reivindicaciones, refieren servidores que este lunes lamentaron su desaparición física.
Como viceministro de Salud, el doctor Monzón orientó el interés por la integración de la salud como parte de las políticas públicas, la actuación de la comunidad en la gestión del sistema de salud y de forma especial en los cambos de estilos de vida como eje de la Promoción de la Salud, como una de las áreas claves del desarrollo económico y social de los pueblos.
El doctor Monzón estaba disfrutando del beneficio de la jubilación, y desde la Dirección Estadal de Salud del Estado Bolivariano de Miranda, sus autoridades manifestaron el aporte que representaba su conocimiento y experiencia para formar especialistas a través del ejercicio docente en Epidemiología en el Instituto de Altos Estudios de Salud Pública Arnoldo Gabaldón en Maracay, cuando lo sorprendió la muerte.
Iraida Rojas.