España, profundamente conmocionada por el accidente ferroviario que ha dejado al menos 80 fallecidos y 178 heridos cerca de Santiago de Compostela (Galicia, noroeste), se interrogaba este jueves sobre las causas de la catástrofe que, según las primeras informaciones, podría ser un exceso de velocidad.
Uno de los maquinistas del tren declarará este jueves ante la policía como imputado a petición de un juez, explicó una portavoz judicial a AFP.
Este jueves por la tarde, la delegación del gobierno en Galicia cifró en 80 el número de fallecidos, aunque sigue habiendo heridos críticos.
«178 pacientes fueron recogidos por los dispositivos de emergencia, de esos pacientes en este momentos, continúan ingresados 95, 32 de ellos en la unidad de críticos y cuatro en la unidad de críticos pediátrica», dijo la conselleira (ministra regional) gallega de Sanidad, Rocío Mosquera.
Horas después del siniestro, el más grave ocurrido en el país desde 1944, el escenario de la tragedia seguía siendo dantesco: vagones semidestruidos se mezclaban con las maletas y pertenencias de los pasajeros y los restos de asientos que salieron despedidos por el impacto.
Agentes de la policía y de los servicios de rescate seguían examinando el convoy para descartar que haya cuerpos atrapados entre los restos. En un vídeo que supuestamente muestra el momento del siniestro, filtrado por varios medios españoles, se ve cómo el tren toma la curva y los vagones del centro se escapan de la vía, volcando y arrastrando todo el vehículo.
La compañía Adif, que administra la red ferroviaria, negó a AFP estar en el origen de la filtración.
El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, que acudió este jueves temprano al lugar del accidente, decretó tres días de luto oficial mientras que la comunidad de Galicia respetará siete días de duelo.
El rey Juan Carlos y el príncipe heredero Felipe suspendieron todos sus compromisos tras conocer la noticia. El monarca envió una carta de pésame a las familias de las víctimas y el jueves por la tarde se trasladará a Santiago junto a su esposa, la Reina Sofía.
Desde el primer momento, la excesiva velocidad ha sido considerada como la causa principal de esta tragedia, ocurrida a las 20h42 locales del miércoles (18h42 GMT) a solo 4 km de la estación de Santiago de Compostela, cuando el tren entró en una curva muy cerrada limitada a 80 km/h.
«¡Voy a 190! Espero que no haya muertos porque caerán sobre mi conciencia», dijo el maquinista por radio a la estación, en el momento del accidente, según informaciones publicadas por el diario español El País.
«Hay una investigación en marcha y tenemos que esperar» para conocer las causas, dijo de madrugada un portavoz de Renfe. «Lo que sabemos es que el tren no ha tenido ningún problema operativo», declaró el presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar Rodríguez, a la radio privada Cope.
El tren, que circulaba por una línea de alta velocidad estrenada en 2011, aunque el convoy en sí no era de alta velocidad, había salido de Madrid y tenía por destino Ferrol. «Llegué un minuto después. Lo primero que vi fue el cadáver de una mujer. Me impresionó mucho. Nunca había visto un cadáver antes, pero sobre todo lo que me impresionó fue el gran silencio», dijo a la AFP Francisco Otero, cuya casa está a pocos metros de las vías del tren.
«Parece ser que en una curva el tren empezó a dar vueltas, vueltas de campana, dimos muchas vueltas de campana y quedaron subidos unos vagones encima de otros», contó un pasajero a la radio Cadena Ser.
Más de 300 agentes de la policía, los bomberos y decenas de ambulancias llegaron minutos después y comenzó el traslado de heridos a los hospitales más cercanos mientras los cadáveres eran transportados a un tanatorio improvisado en un pabellón multiuso, donde los familiares esperan tener noticias de sus allegados.
«Para un santiagués como yo este es el día del Apóstol más triste de mi vida», declaró Rajoy, oriundo de esta región, tras visitar el lugar de la tragedia, refiriéndose a la festividad de Santiago Apóstol, día grande de la comunidad gallega, que se celebra este jueves.
«Quiero trasladar en mi nombre y el del gobierno de España, mi pesar a todas las familias de las personas que han fallecido, que desgraciadamente son demasiadas», agregó. Los mensajes de solidaridad tras este terrible accidente no tardaron en llegar. El papa Francisco, desde Río de Janeiro, invitó a orar por las víctimas y sus familias.
También desde la Unión Europea, el presidente de la Comisión José Manuel Durao Barroso, mostró su «profunda tristeza», mientras al mediodía producían concentraciones en silencio en señal de duelo ante todas las instituciones españolas.
En la catedral de Santiago, cientos de fieles celebraron una misa en honor a Santiago Apóstol en la que recordaron a los fallecidos en este grave accidente. Se trata del peor accidente ocurrido en España desde los años 40 cuando un choque de dos trenes causó cientos de muertos en la provincia de León (norte de España). En 1972, un tren que cubría la ruta Cádiz-Sevilla (Andalucía, sur) descarriló causando también 77 muertos.
AFP