Momento culminante en la carrera de Ronaldinho. Censura unánime a los comentaristas
Dos instituciones centenarias en una final infartante de Copa Libertadores, el más antiguo de los torneos continentales. Por segunda vez, el Atlético Mineiro aprovechó el partido de vuelta en casa y rescató un marcador adverso, para terminar ganando en los penales. En los cuales, por lo demás, dio una excelente demostración en las dos instancias postreras.
Al margen de lo que hiciera cada equipo -bastante dicho está que en fútbol no es cuestión de «merecer», algo siempre relativo, subjetivo-, lo cierto es que fue una hazaña del equipo brasilero, que supo levantarse y hasta acosar al final, estando a punto de marcar el 3-2 cuando agonizaba el alargue.
En el medio, la figura de Ronaldinho Gaucho. Que no fue el grande de otros tiempos, ni siquiera el decisivo de algunos partidos de esta etapa de su carrera, pero que marcó un hito al adjudicarse otro galardón. Fue decisiva su gestión para que el equipo llegara hasta allí, y por eso muy meritorio que ahora exhiba, junto al Balón de Oro, los títulos de la Copa Mundial, de la Confederación y de la Champion, el de la Copa Libertadores.
El desenfado con quien siempre ha actuado, como si no fueran tan importantes los compromisos -porque nunca ha dejado de tener el fútbol como divertimento-, hace de Ronaldinho uno de los jugadores más admirados del deporte universal. Aun ahora, sin la vitalidad de otros tiempos, se las arregla para deleitar con algo de su talento, con pinceladas de una calidad fuera de serie, de esas «que valen la entrada».
Si de alegrarse se trata, nos regocijamos por el triunfo de Atlético Mineiro en la medida de lo que corresponde a su jugador emblemático de este momento. Y justo es reconocer asimismo lo realizado por el Olimpia paraguayo, sintetizado en el simple hecho de que llegar hasta los penales es el mejor símbolo de que hacia cualquiera de los lados que se inclinara la balanza, había justicia.
Ahora bien, no puede pasarse por alto el colofón del partido a través de Fox. La parcialización evidente en comentarios, a la hora de las entrevistas… Un modelo de lo que no debe hacerse, de antiperiodismo.
Pocas veces hemos visto tanta coincidencia,. Porque -es una de las virtudes del twitter, poder recibirlas con inmediatez- impresionó el número de mensajes censurando a la gente del micrófono.
De paso, un espejo para mirarse. Porque aquí algunas veces -más de lo «normal»- se peca por los mismos excesos, en particular cuando juega la Vinotinto. En fútbol y otros deportes. Sale a la luz un patrioterismo que deja muy mal parada la imparcialidad -que debe al menos intentarse- cuando se exponen hechos que, por el desarrollo de la misma tecnología, llega a todas partes del mundo. Cuando se actúa como comunicador.
Armando Naranjo
donarmandonaranjo@gmail.com
@DonArmandoN
AP / Nelson Antoine