El derecho panameño de los Cascabeles de Arizona estuvo indescifrable en la última semana de grandes ligas
El panameño Randall Delgado tiene apenas 23 años, está en su tercera temporada en Grandes Ligas y en su primera con los Diamondbacks de Arizona.
Desde su debut en el 2011 con los Bravos de Atlanta fue señalado como una futura estrella de gran talento, aunque hasta ahora no lo ha desarrollado en todo su potencial.
Sin embargo, entre el domingo 21 y el sábado 27 de julio, no hubo en todas las Grandes Ligas un mejor lanzador que Delgado, quien estuvo simplemente indescifrable para los bateadores rivales.
El panameño salió a la lomita en dos ocasiones y en total trabajó 14 episodios y dos tercios, en los que permitió sólo seis imparables y ninguna carrera, para efectividad perfecta de 0.00.
En ambas oportunidades, Delgado salió con la victoria a su cuenta personal y en la segunda de sus aperturas, ante los Padres de San Diego, se apuntó la primera blanqueada de su joven carrera, con exactamente 100 envíos hacia el plato.
Su compañero de equipo, el venezolano Martín Prado, también sobresalió en los últimos siete días, al disparar 11 hits en 26 turnos, para average de .423, con cuatro anotadas y cinco impulsadas.
Prado sonó cohetes de todas dimensiones, a razón de un jonrón, un triple, tres dobletes y seis sencillos, para slugging de .731.
Mucho necesitan los Diamondbacks del aporte de Delgado y Prado, ahora que el equipo perdió la punta de la división Oeste de la Liga Nacional ante los pujantes Dodgers de Los Ángeles.
¿Quién lo diría? Hace poco más de un mes, los Dodgers eran la estampa de la derrota, ocupantes del sótano divisional y en medio de un debate sobre la continuidad de su manager Don Mattingly. Pero la llegada energizante del novato cubano Yasiel Puig despertó a todo el conjunto que hoy se exhibe como orgulloso líder de su circuito occidental.
Precisamente, Puig, tras un mini-slump que lo llevó a fallar 11 veces seguidas la pasada semana, recuperó el fuego en su bate y se fue de 24-10 (.417), con seis anotadas y tres remolcadas.