«Sigan adelante y no tengan miedo», dijo el Papa a los peregrinos en la Jornada Mundial de la Juventud que concluye en Río de Janeiro, exhortándolos a llevar elmensaje del Evangelio a todo el mundo. Estuvieron Dilma Rousseff, Evo Morales y Cristina Kirchner
“Fue bueno vivenciar la fe, pero ahora tienen que transmitir esta experiencia a los demás. Jesús los llama a ser un discípulo en misión”, aseguró el Papa como primer concepto de su homilía. “La fe es una llama que se aviva cuando es transmitida. Pero cuidado, hagan discípulos a todos los pueblos. Compartir la experiencia de la fe es el mandato que el señor confía a toda la iglesia”, agregó.
Francisco comenzó hablando en portugués pero rápidamente cambió al español para interpelar a la multitud de jóvenes que lo escuchaban. De hecho, intercaló los dos idiomas durante toda la misa. Cuando buscaba más énfasis, recurría al español.
“Vayan sin miedo para servir”, arengó Francisco desde el imponente escenario ubicado en la playa carioca. “Experimentarán que quién evangeliza es evangelizado. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo”.
«El Evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente», dijo el primer Papa latinoamericano de la historia.
Francisco citó a un jesuita español muerto en Brasil, José de Anchieta (1534-1597), que «se marchó a misionar cuando tenía solo 19 años. ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven».
«Cuando Dios envía al profeta Jeremías le da poder para arrancar arrasar y destruir para demoler para reedificar y plantar. También es así para ustedes. Llevar el evangelio es llevar la fuerza de dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia, para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio para edificar un mundo nuevo”.
Y concluyó: “Queridos jóvenes, Jesucristo cuenta con ustedes, la iglesia cuenta con ustedes, el Papa cuenta con ustedes”.
Según la organización de la JMJ, más de tres millones de personas asistieron a la misa del Papa, incluidos más de 300.000 jóvenes peregrinos de 170 países, lo que sería un récord de afluencia en la playa de Copacabana.
La misa de clausura de la 28ª Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebró este domingo a las 10 de la mañana (13 GMT), cambió de escenario por razones climáticas. Iba a tener lugar en el Campus Fidei de Guaratiba, a 40 kilómetros del centro de Río de Janeiro, pero las constantes lluvias de esta semana lo inundaron impidiendo que la vigilia, que empezó el sábado, se realizase allí. Todo fue trasladado a la playa de Copacabana.
Al concluir la misa el Papa recitó el Ángelus y develaró la incógnita: dentro de dos años, Cracovia será anfitriona de la próxima Jornada Mundial de la Juventud.
La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, invitó a sus pares de la región a asistir a esta misa de clausura. La primera en confirmar su asistencia fue la mandataria argentina, Cristina Kirchner, quien, campaña obliga, viajó acompañada del candidato a diputado de su fuerza, Martín Insaurralde.
También asistieron el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el de Surinam, Dési Bouterse, y los vicepresidentes de Uruguay, Danilo Astori, y de Panamá, Juan Carlos Varela Rodríguez.
Esta fue la última actividad pública y masiva de Francisco, tras una intensa agenda que empezó el lunes 22 cuando llegó a Río de Janeiro, y que incluyó una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Aparecida, en el estado de San Pablo, una visita a una favela de Río, una gran fiesta de bienvenida en Copacabana y una reunión con dirigentes políticos, sociales y empresariales del Brasil, entre otras actividades.
Por la tarde, habrá sí otras reuniones más privadas: a las 16 horas (19 GMT), el Obispo de Roma se reunirá con el Comité de Coordinación del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) en el Centro de Estudios de Sumaré, donde se ha alojado en esta semana que pasó en la capital carioca.
El Santo Padre se despedirá de Sumaré poco antes de las 17 (20 GMT) para tener un encuentro con los voluntarios de la JMJ en uno de los pabellones del Palacio de Exposiciones “Rio Centro”, desde donde partirá hacia el aeropuerto.
A las 18:30 (21.30 GMT) habrá una breve ceremonia de despedida en el Aeropuerto Internacional de Galeao. El avión del Papa despegará de Río de Janeiro a las 19 (22 GMT) y aterrizará en Roma el lunes 29 de julio poco antes del mediodía.
Culminará así la primera gira apostólica del primer Papa latinoamericano de la historia.
Con información de infobae.com