Cuando un programa de televisión o un artista logra éxito y conexión con el público, siempre afloran ciertos “personajillos” que tiene un común denominador, el cual es buscarle las “cinco patas al gato”, mediante la creación de “matrices de opinión”, con el objetivo de subestimar al adversario o peor aún, difamarlo.
Y lo que subyace en la gran mayoría de esos casos en una guerra por el rating, con plumas tarifadas que escriben cualquier porquería con tal de garantizarse sus cestatickets todos los meses. Por ello vemos que algunos sectores de la prensa escriben bajo la premisa de sus propios intereses… y aunque el papel lo aguanta todo, también es cierto que el público no es estúpido y a ese no se le engaña tan fácilmente…
Entre ollas y antiéticos
El preámbulo obedece a que últimamente y debido al repunte de sintonía de varios programas de Televen, al igual que del éxito de algunos profesionales que allí laboran, se han creado una suerte de “ollas”, muy utilizadas en décadas pasadas y que la llamada “vieja prensa” sigue empeñada en mantener vigente, a pesar de estar caducas gracias a la inmediatez que ofrecen las redes sociales y las nuevas maneras de comunicarse, que desarticulan en un dos por tres cualquier información que carezca de veracidad y objetividad. Ello sin mencionar lo que a mi juicio es más importante, que es el componente ético, el cual se deja a un lado cuando se difunde un supuesto “tubazo” sabiendo que es absolutamente falso.
Las nuevas víctimas
La actriz y animadora Josemith Bermúdez, la productora de Televen, Karla Samaniego y los programas La Bomba, Detrás de las Cámaras y El Avispero, han sido blanco de “informaciones” que carecen de esa veracidad y objetividad, que debe mantener un comunicador social.
De Josemith se asegura que “saldrá” de La Bomba debido a que presuntamente tiene roces profesionales con la productora Karla Samaniego. Para nadie es un secreto que yo colaboro para ese programa como invitado regular en las secciones ¡Qué Escándalo! y La Tertulia Farandulera y yo no he visto, ni percibido tal roce, ni mucho menos tirantez entre ambas profesionales. Igualmente como televidente, he podido observar el programa
Detrás de las Cámaras, que trasmite la televisora, es un espacio que no solo gusta, si no que hacía falta en la TV. Los testimonios de los invitados, las miserias del espectáculo y las verdades ocultas, allí se dan a conocer en una producción impecable, sin grandes espavientos de escenografía, porque el eje principal lo tienen los rostros y las impactantes declaraciones de quienes se sientan en esa silla roja. La productora de ese espacio es Samaniego, junto con Luis Olavarrieta y un equipo que investiga, escudriña y nos muestra las verdades de quienes se han atrevido a contar la otra cara de la moneda, o sencillamente, su percepción de los hechos en los cuales han sido involucrados. El programa gana y gusta… ¿por qué la miseria de no reconocerlo? Para subestimar el rotundo éxito, dicen que es una copia de un programa extranjero. ¿Quién quiere ser millonario?, La guerra se los sexos, Yo si canto, Bailando con las estrellas, Atrévete a soñar, Todo por la corona y un largo etcétera también lo son… ¿cuál es el problema? No se puede ser tan miserable y apostar a un fracaso por intereses personales y por una quincena, ni mucho menos creer que engañan a la teleaudiencia.
Lo que a veces sí logran -y hay que reconocerlo también-, es presión en algunos directivos y productores de los canales, que todavía creen en el “poder” que ellos se afanan en pregonar tienen…
Caso Portada’s
Para nadie tampoco es un secreto que Pedro Padilla me ha atacado públicamente, pero yo no puedo dejar de reconocerle que su entrada a Portada’s ha generado buenos resultados y traído también muchas miserias humanas que han salpicado al productor del magazine de Venevisión, con una campaña barata y absurda por parte de unos “profesionales”, quienes escudados bajo seudónimos, atacan ahora la labor de Pérez y subestiman su capacidad para producir por el simple hecho de sentirse amenazados y molestos por la llegada de La Pepa.
Ahora el otrora exitoso Wladimir Pérez es para quienes hasta hace poco le jalaban bola y le tiraban flores, “un falta de respeto, que no valora la trayectoria” de los periodistas contratados para los foros de farándula que se presentan allí… y peor aún, los tienen -según la cabecilla del grupo-“desaprovechados”. Las costuras se ven a leguas y lo que da ese tipo de prensa es vergüenza. Aquí todo el mundo sabe quién es quién y Pedro Padilla no será Cala, pero cala y te la calas…
A pesar de las molestias, ellos siguen allí, sentados como en una representación fúnebre y hasta burlesca de “La última cena”, dando pena ajena y creyéndose intocables y hasta omnipotentes. En Venevisión están claros para qué los contrataron y también tienen claro, lo que significaría sacarlos de pantalla. Esa es una verdad que nadie se atreve a publicar, pero que es más grande que una catedral.
Diego Kapeky
Twitter: @diegokapeky