NUEVA YORK. Las leyes de Estados Unidos exigen que los resultados de ciertas investigaciones se divulguen vía internet durante el año posterior a su finalización, pero un análisis revela que la difusión de la mitad de los estudios sobre fármacos oncológicos demora tres años.
Un equipo que revisó 646 estudios sobre la seguridad y la efectividad de fármacos para el cáncer halló que el 55 por ciento había aparecido publicado online o en una revista a los tres años de su fecha de finalización.
«Esto provoca una gran posibilidad de sesgo en el conocimiento de esos fármacos y dispositivos», dijo el doctor Joseph Ross, que no participó del estudio.
Por ejemplo, los médicos podrían pensar que un fármaco inseguro o ineficaz funciona si sus investigadores eligen publicar sólo los resultados positivos de los ensayos clínicos, considerados el estándar de oro en la investigación médica.
«Por esto es importante contar con resultados publicados oportunamente, independientemente de su aparición en las
revistas científicas, para que esté disponible para quienes los necesitan», dijo la doctora Agnes Dechartres, coautora del
estudio, del Hospital Hôtel-Dieu de París.
«Toda esta información sobre fármacos y dispositivos tiene que ser de público conocimiento», indicó Ross, de la Facultad de Medicina de Yale, en New Haven, Connecticut.
Dada la preocupación por la falta de publicación de las investigaciones, el ex presidente estadounidense George W. Bush
promulgó en el 2007 la Ley de Enmiendas de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos.
La ley exige publicar los resultados de los ensayos clínicos rigurosos, salvo excepciones, en el sitio ClinicalTrials.gov,
que es una base de datos online, no más de un año después de finalizar la recolección de datos, según escriben los autores
del nuevo estudio en Journal of Clinical Oncology.
El equipo de Dechartres revisó 646 ensayos clínicos de Estados Unidos en los que se había evaluado la efectividad y la
seguridad de fármacos oncológicos. Todos habían finalizado entre diciembre del 2007 y mayo del 2010.
Al año de su finalización, el 9 por ciento aparecía publicado en ClinicalTrials.gov y el 12 por ciento estaba publicado en revistas científicas. El 20 por ciento aparecía publicado en por lo menos uno de esos dos medios.
A los dos años, el 31 por ciento de los estudios aparecía en ClinicalTrials.gov, el 35 por ciento lo hacía en las revistas
académicas y el 55 por ciento aparecía en alguno de esos dos medios.
Los autores hallaron también que los estudios financiados por la industria farmacéutica, no el Gobierno ni las
instituciones académicas, eran los que más cumplían con la norma.
Para Ross, son muchos los motivos que podrían influir en el retraso de la publicación de los resultados, incluido el
desconocimiento de los investigadores de los requisitos que deben cumplir o de su responsabilidad de publicar sus hallazgos en ClinicalTrials.gov. El experto señaló también la preferencia de los investigadores por publicar en las revistas médicas.
• Fuente: Journal of Clinical Oncology