El cambio significa además que los cubanos que reciban visas B-2 para visitas familiares o personales podrán tener varios ingresos a Estados Unidos, en vez de solo uno
WASHINGTON. El gobierno del presidente Barack Obama anunció el miércoles que amplió la duración de las visas para no inmigrantes cubanos, de seis meses a cinco años, dos semanas después que los representantes cubanos y estadounidenses reanudaron conversaciones de alto nivel sobre inmigración.
El cambio significa además que los cubanos que reciban visas B-2 para visitas familiares o personales podrán tener varios ingresos a Estados Unidos, en vez de solo uno. Actualmente los cubanos deben volver a solicitar la revalidación de la visa cada vez que necesitan viajar a Estados Unidos. Las visas B-1 para negocios y las visas B-1/B-2 combinadas continuarán con seis meses de duración y un solo ingreso.
«La ampliación de la vigencia de la visa alivia la carga financiera y de procedimiento a los viajeros cubanos», destacó el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Patrick Ventrell en un correo electrónico de The Associated Press.
Añadió que reducirá el tiempo espera de las entrevistas para visas en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, que Washington mantiene en la isla en vez de una embajada porque los enemigos de la guerra fría no tienen relaciones diplomáticas.
Ventrell no indicó si el cambio de política tiene directa relación con las conversaciones de alto nivel sobre inmigración del 17 de julio en Washington.
Se había previsto que las negociaciones tuvieran lugar cada seis meses. Sin embargo no se habían realizado ninguna desde enero de 2011, cuando las dos naciones se enfrentaban sobre asuntos tales como la condena de un subcontratista del gobierno estadounidense a 15 años de prisión en Cuba.
La reanudación de conversaciones de alto nivel, junto con las renovadas conversaciones sobre el restablecimiento del servicio postal, figura entre las señales de los pasos iniciales encaminados a una reconciliación.
En mayo, un juez estadounidense concedió el pedido de un agente de inteligencia convicto para que regresara a la isla pese a que su libertad condicional después de una larga condena por cargos de espionaje no se había cumplido. Y en junio, Cuba dijo que iba a permitir que un médico estadounidense examine a Alan Gross, el subcontratista encarcelado.
Mientras tanto, Cuba ha reformado sus normas de inmigración, poniendo fin a un requisito de visa en enero que había impuesto previamente a todos los cubanos. Aún se les puede negar pasaportes en algunos casos, tales como, casos legales pendientes contra ellos, pero a varios de los más abiertos disidentes se les ha permitido viajar al extranjero desde la reforma.
Ventreell indicó sin embargo, que el cambio anunciado el miércoles no llega a ser un cambio importante en la política de Washington hacia La Habana.
«El gobierno de Obama cree que estas medidas, además de otras, mejorarán el contacto personal, dará respaldo a la sociedad civil en Cuba y mejorará el libre flujo de información bilateral, y entre el pueblo cubano», destacó. AP
En Miami protestan contra Bahamas
Un grupo de exiliados cubanos ha intensificado en Miami su campaña de protesta para que cesen lo que denuncian como atropellos a los derechos humanos de unos 40 compatriotas indocumentados detenidos en las islas Bahamas.
La campaña de protesta incluye a dos activistas del Movimiento Democracia en huelga de hambre, manifestaciones frente al consulado de Bahamas y planes de movilizar embarcaciones con carteles sobre las presuntas violaciones hacia cruceros estacionados en el puerto de Miami, para que sean vistos por los turistas que abordan los barcos.
«Los abusos en las Bahamas han llegado al punto de tortura… esta es una campaña contra personas dentro del gobierno de Bahamas que torturan a los indocumentados. Lo que queremos es que esto se resuelva», manifestó el miércoles a The Associated Press Ramón Saúl Sánchez, el líder del Movimiento, quien se encuentra en huelga de hambre desde hace seis días.
«Las quejas son constantes, en Miami hay miles de personas que han pasado por ahí», aseguró Sánchez refiriéndose a los presuntos abusos.
La intensificación de la campaña tiene lugar después de que el gobierno de la isla se negó a firmar un acuerdo en el que los exiliados demandan que se investiguen «actos de brutalidad que llegan a ser torturas», que Bahamas se comprometa a respetar de manera permanente los derechos humanos y que siga las convenciones internacionales de asilo político, entre otros puntos.
AP