Luis Ortega
Desde que se inició la emergencia nacional debido a la gran sequía del año 2010 se impuso en Venezuela una ley perversa que ha minado el salario de nuestros trabajadores, sobre todo de la clase media baja, si le queremos dar algún nombre.
Me refiero a la famosa “multa” por consumo excesivo de energía. Esta va desde el 75% hasta el 200%, con el descaro de anunciar que es a los “usuarios residenciales que no logren reducir el consumo eléctrico”
Recientemente se reunió el Gerente General de Corpoelec, región Guarenas-Guatire, Ignacio Rojas, con el ministro del Poder Popular de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres. El tema era ¡el Gobierno de calle y la inseguridad! Me pregunto si la seguridad de un ciudadano común, de que su subsistencia esté amenazada por multas irreales y retorcidas no será algo que se ha debido tomar en cuenta desde hace tiempo ¿Qué sucede Sr. Ignacio Rojas con los postes de luz apagados a lo largo de la Intercomunal Guarenas-Guatire y que bajo tal penumbra se presta en la noche para cualquier acto delictivo?
Mi caso se limita a Corpoelec Guarenas-Guatire pero esto está sucediendo en todo el país y con la mayor impunidad posible.
Venía pagando por consumo eléctrico, y doy fe que el 19-04-2012 pagué 68,29 bs, luego el 19-12-2012 pagué 41,37 bs, después el 22-01-2013 pagué 77,67 bs y de ahí en adelante mi consumo no ha bajado de 400bs. Todo esto con la salvedad de que no he variado mi consumo añadiendo equipos que disparen un consumo tan excesivo de KWh. Siempre igual, sin calentador eléctrico porque es a gas y un solo aire acondicionado dadas las temperaturas de Guarenas. Aquí no vale reclamo que valga, “paga y después veremos qué hacemos con tu denuncia”
Esto no termina ahí, no me llega ningún recibo, vía correo, de mi factura eléctrica, aunque sea para ver cómo “derrocho” la energía de todos y todas. Sólo me entero con asombro y resignación cuando reviso a través de una cuenta del banco, donde tengo domiciliado el pago de la factura, ya que la página Web de Corpoelec no funciona, es decir está inoperante. Ineficaz como ese sistema de facturación y de servicios que deberían prestar al usuario.
Señor Ignacio Rojas le hago un llamado a la sensatez y a la investigación de este problema tan grave. Le aseguro que si pudiera conseguir una compañía que instalara en donde vivo celdas solares, y que su mantenimiento estuviera acorde con los ingresos de quienes ahí habitan, puede olvidarse que ya no lo molestaría más con tanta queja.
La eficiencia que tanto preocupaba a nuestro Comandante Chávez no fue mero capricho de él, fue “una piedra en el zapato” como él mismo lo dijo.
Venezuela tiene que cambiar para mejor. Esto es una revolución y ella implica cambios hacia el bienestar social. ¡Claro que sí se puede ser eficiente! y así crear una cultura de eficacia que perdure y nos llene cada vez más de confianza y fe en nuestro gran país.