Las residencias socialistas Willian Lara, nuevamente se tiñeron de sangre ante una nueva acción del hampa
Caracas (Especial/AA).- De más de veinte disparos, ultimaron ayer a Rodrigo Beleño Pedrozo Alfonso, comerciante informal de 23 años de edad. El cadáver fue hallado al amanecer, en la parte posterior de las torres de las residencias Alí Primera, pertenecientes a las obras ejecutadas de la Gran Misión Vivienda.
Pedrozo se ganaba la vida vendiendo chucherías dentro de los colectivos en el terminal de Petare. Vivía junto a su pareja y cuatro hijos en la torre B de las residencias, donde fue asesinado.
La noche del viernes se quedó fuera del edifico tomando licor con vecinos y amigos. A eso de las 2:30 de la madrugada se escucharon disparos pero nadie imaginó que se trataba de un asesinato, debido a lo recurrente de los tiroteos.
Su mujer dormía cuando un desconocido llamó a su celular y le dijo que al hombre lo había asesinado. Bajó de prisa a la planta baja y junto con su hija estuvo buscándolo entre los edificios pero no encontró nada y regresó al apartamento.
Se presume que el hombre estaba reunido en un pasillo de la torre H, en el piso 3. Allí, entre los cuatro apartamentos que hay por cada piso en las torres lo acribillaron. Como evidencias, quedaron varias perforaciones de bala en las paredes, en el cajetín de un medidor de luz y los rastros de sangre que en vano, intentaron lavar con agua y detergente antes de la puesta de sol.
Dos detenidos
Del tercer piso, efectivos del Eje Este del Cicpc, se llevaron a dos parejas, residentes de dos apartamentos para rendir declaraciones. Una de las personas, aseguró que dormía cuando se produjo la secuencia de disparos y tuvo que lanzarse al suelo para proteger a sus hijos.
En las escaleras, por todo el recorrido desde el pasillo hasta planta baja, corrían los restos de agua que evidenciaban que habían lavado la escena para borrar la sangre y las evidencias.
Vecinos dijeron que todo parece indicar que la víctima estaba en esa torre bebiendo pero se produjo alguna discusión y le dispararon. Misteriosamente los residentes de dos de los cuatro apartamentos no estaban ni llegaron cuando la policía exigió que abrieran los inmuebles.
La víctima era natural de Maracaibo, estado Zulia. En el sistema aparecía como solicitado por el Cicpc desde el 31 de enero del 2009 pero sin especificar delito. El cuerpo quedó tendido entre la maleza de un terreno posterior a las torres, en la misma área común de las residencias. Vestía short y franelilla, pero se desconoce si le robaron alguna pertenencia.
Era damnificado en La Bombilla, en Petare, desde el 2010 y tenía tres años residenciado en los apartamento adjudicados por el Estado.
Crímenes en ascenso
Diversos asesinatos, asaltos y secuestros se han presentado en ese eje del municipio Sucre, en el que según informaciones policiales han estado involucradas bandas que utilizan el complejo socialista Willian Lara para esconderse y mantener bajo terror a vecinos de ese urbanismo.
La situación de inseguridad ha empeorado en los últimos meses, debido a que cada vez más son más seguidos los hechos de sangre, amparados en la ausencia casi absoluta de la Policía Municipal de Sucre y de la Policía de Miranda, así como de la Policía Nacional Bolivariana y la Guardia Nacional Bolivariana, cuerpos de seguridad que nunca se han ocupado de realizar labores de patrullaje en esa área.
Tan sólo el pasado lunes 29 de abril fue asesinado de dos tiros en la cabeza Jhoan Rodríguez Castaño, de 24 años, trabajador de la Línea de jeepses 5 de Julio, en la calle 2-A de La Urbina del municipio Sucre. El suceso se registró a plena luz del día –una de la tarde-.
simismo, el jueves 18 de julio, fueron acribillados a las 6:45 de la tarde, José Manuel Chiquillo Barrios, colombiano de 36 años de edad, junto a su sobrino Luis David Pérez, de 14 años de edad, entre la calle 2-A de La Urbina y la avenida principal.
Igualmente, la panadería Duri-Pan, situada en las cercanías del complejo habitacional Willian Lara, fue asaltada el pasado viernes, cargando los malandros con más de cien mil bolívares.