Sin pretender ahondar sobre las subclasificaciones de las enfermedades mentales, los hechos de sangre y delitos contra la propiedad que se están cometiendo en nuestro país, especialmente, en Caracas, donde no existe seguridad personal, son causados por enfermos mentales que deambulan por todas partes
El axioma fundamental de la humanidad es “Vivir en paz”. La frase “homo ominis lupus”, el hombre es lobo para el hombre y que “las personas nacen buenas y la sociedad los corrompe”, son inaceptables en forma absoluta. En nuestra época, lo mismo puede decirse sobre las características morfológicas de lombroso. Desde que hubo mayor análisis sobre el comportamiento psíquico de las personas, se ha clasificado las enfermedades mentales desde la oligofrenia hasta la esquizofrenia, es decir, desde la idiotez por diversas causas, especialmente, genética, hasta por igual origen, el loco de atar, pero es increíble, que el más peligroso, es el paranoico.
El paranoico, es como la hiena, se ríe de sus crímenes. No le importa. Vive en cualquiera de los estratos sociales, pobres o ricos. Andrajosos y bien vestidos de cuello blanco y de corbata.
Sin pretender ahondar sobre las subclasificaciones de las enfermedades mentales, los hechos de sangre y delitos contra la propiedad que se están cometiendo en nuestro país, especialmente, en Caracas, donde no existe seguridad personal, son causados por enfermos mentales que deambulan por todas partes.
Estamos en un país anárquico, donde cada diez ciudadanos, en Caracas, siete, vivimos atemorizados, hemos sido víctimas del hampa, sin confianza con la policía y conviviendo con problemas de salud mental.
Las cárceles son universidades del crimen. En los últimos diez años, se ha triplicado la población penal, sin clasificación por edades ni delitos. Los fiscales del Ministerio Público y Jueces penales, imputan y aplican las penas, además del retardo procesal, depositando procesados y penados en una misma cárcel.
Es obligante y de urgencia, que previa a la imputación le sea practicado al procesado examen psico-social, para determinar la gravedad de su enfermedad mental y poder internarlo en local especial para su rehabilitación y en caso de extrema gravedad de esquizofrenia o paranoia sea recluido en centros de permanencia “in tempori”.
Existen proyectos privados para las rehabilitaciones social y psíquica como los Hogares Crea, fundados por mi recordado amigo sacerdote salesiano, el padre Rivolta y el proyecto “Alcatraz” de la fundación Santa Teresa, quienes están realizando una gran labor ciudadana. El Estado-gobierno debe poner mayor dedicación a este problema social que en definitiva es de prevención del delito, lo cual lo disminuiría y por supuesto, el hacinamiento en las cárceles.
Desde hace más de treinta años se viene hablando de una Ley de Salud Mental. En este sentido, no basta un certificado vial de vista y de tensión arterial, es imprescindible, el examen psíquico para prevenir los delitos de homicidios o lesiones y el dolo eventual y que a toda persona, desde su edad escolar se le exija el “certificado de salud mental” y obligatorio para los ciudadanos que aspiren asumir cargos públicos, desde el Presidente de la República, ministros, jueces, diputados, policías y hasta comisarios de barrio.
Cesáreo José Espinal Vásquez e-mail: cjev@cantv.net