Los terrenos donde habitan no son sólidos y en algunas viviendas el piso se abrió y se está hundiendo
Unas doce familias que habitan en la calle Los Olivos del sector Portachuelo de la vía Cúa-San Casimiro, esperan ser reubicadas ya que habitan en terrenos de alto riesgo y sus casas pudieran derribarse de un momento a otro.
Gina Mena, residente de la zona, explicó que en el año 2009 se derrumbaron cinco viviendas, producto de los intensos aguaceros y la inestabilidad del terreno, por lo que el lugar fue desalojado. Los damnificados se resguardaron en la iglesia de la comunidad, donde fueron asistidos una sola vez con la entrega de un mercado y posteriormente se olvidaron de ellos. “Hicimos una protesta para que nos tomaran en cuenta y hasta el sol de hoy estamos esperando la ayuda del gobierno local”, explicó la vecina.
Apuntó que se realizaron estudios de suelo en la zona y se determinó que en cuatro o cinco años se podrían producir derrumbes y hundimiento del suelo. “Estamos en el último año de plazo y ya se comienzan a ver los desniveles del suelo y las grietas. No descartamos que de continuar las lluvias se derrumben nuestras casas o nos hundamos”, apuntó la declarante.
Añadió que en esta comunidad existe alrededor de 20 niños, además de personas de la tercera edad. “No tenemos a dónde ir. Sabemos que el gobierno nacional aportó los recursos para ejecutar viviendas, entonces porque no hemos sido tomados en cuenta, cuando hemos sido censados por la Misión Vivienda y la Alcaldía. Exigimos nuestro derecho a contar con una vivienda digna y segura para nuestros hijos. Llevamos cuatro años de angustia y eso no parecer importarle a ninguna autoridad. Pedimos que nos den solución antes que ocurra alguna desgracia, porque también somos seres humanos”, dijo la vecina.
Aseguraron que de no obtener respuestas tomarán la alcaldía y pernoctaran hasta que les den una respuesta a su problema habitacional.
Sin servicios básicos
En la calle Los Olivos las familias no cuentan con ningún servicio básico. La luz es improvisada y se va de noche y llega en el día. El agua la obtienen de camiones cisternas privados a los que cancelan entre 300 y 500 bolívares para que les llenen sus tanques y pipotes, dijeron los vecinos. Esperan salir de la pesadilla en la que viven, con la ayuda del gobierno local o nacional.
MIP-TUY Agencia
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