Esos estallidos destacaron un cambio en las tácticas de los supuestos militantes islamistas, que han aumentado sus ataques no sólo contra puntos de control militares y mercados, sino también contra cafeterías y espacios concurridos por familias y niños
BAGDAD (Reuters) – Al menos 16 personas murieron y 41 resultaron heridas el lunes en un ataque con bombas contra una atestada cafetería en Balad, 80 kilómetros al norte de Bagdad, en la peor ola de violencia en Irak en casi cinco años.
La explosión de otras dos bombas – una cerca de un parque de juegos y otra cerca de una escuela – también se cobraron la vida de seis personas e hirieron a decenas, algunos de ellos niños, en la ciudad de Muqdadiya, 80 kilómetros al noreste de la capital.
Esos estallidos destacaron un cambio en las tácticas de los supuestos militantes islamistas, que han aumentado sus ataques no sólo contra puntos de control militares y mercados, sino también contra cafeterías y zonas de ocio concurridas por familias y niños.
Los recientes acontecimientos se producen después de que al Qaeda se adjudicara la responsabilidad de varios ataques con bombas en Irak durante el fin de semana que causaron la muerte de decenas de personas durante la celebración del Eid al-Fitr, la festividad que cierra el mes sagrado musulmán del Ramadán, elevando los temores de que crezcan las muertes por violencia sectaria.
El Estado Islámico en Irak y el Levante (ISIL por sus siglas en inglés), un grupo terrorista formado este año de una fusión de afiliados de al Qaeda en Siria e Irak, dijo en foros yihadistas que estaba detrás de los ataques del sábado en Bagdad y provincias del sur iraquí.
El grupo advirtió además al Gobierno iraquí que deje de detener a militantes sospechosos o enfrentará más violencia.
Una serie de bombas destrozaron mercados, calles comerciales y parques durante la noche del sábado mientras las familias iraquíes salían a celebrar el Eid. Cerca de 80 personas murieron y decenas resultaron heridas, según fuentes policiales y médicas.
La última ha sido una de las celebraciones del Ramadán más sangrientas en años en Irak, donde los militantes islamistas suníes libran una batalla contra el Gobierno chií.
Julio registró la cifra más alta de fallecimientos por ataques desde 2008, con más de 1.000 iraquíes muertos, según estadísticas de Naciones Unidas.
Agencias