EL CAIRO. Simpatizantes islamistas del depuesto presidente egipcio Mohamed Mursi se negaron a abandonar sus campamentos de protesta en El Cairo el lunes y dijeron que se defenderán de cualquier tipo de represión policial con palos, piedras y su fe.
Fuentes de seguridad y un responsable gubernamental habían dicho el domingo que las acciones de la policía para desmantelar los campamentos podrían comenzar de madrugada a pesar del riesgo de enfrentamientos violentos. Pero nada ocurrió durante el transcurso del día.
En el campamento de al Nahda, situado alrededor de una rotonda y que se extiende por una avenida con palmeras al lado del zoo de la ciudad, los manifestantes se protegían del sol de media tarde en las sombras de sus tiendas. El ambiente era solemne pero no de miedo.
Preguntado sobre la amenaza de que se levantasen los campamentos, Ahmed Shargawy, un traductor de 23 años, dijo: «También lo dijeron hace 15 días. Siempre dicen que van a acabar con ellos».
A una manzana de distancia, media docena de transportes militares blindados y varios escuadrones de soldados se colocaron frente a la comisaría, pero no parecían parte de una fuerza de ataque dispuesta a actuar.
Las autoridades buscan poner fin a las protestas, el centro de la oposición al derrocamiento militar de Mursi hace seis semanas.
No actuaron durante la festividad de Eid al-Fitr tras el mes de ayuno musulmán del Ramadán. La festividad terminó el domingo. Una fuente de seguridad dijo que el retraso se debía también a que los manifestantes habían aumentado los asentamientos tras las informaciones sobre un inminente desmantelamiento.
Los participantes en las protestas dicen que Mursi, el primer líder egipcio elegido libremente, debe recuperar su puesto. El Ejército dice que actuó en nombre de los ciudadanos que habían organizado grandes manifestaciones pidiendo la dimisión del presidente.
Enviados occidentales y árabes y algunos altos cargos del Gobierno egipcio han presionado al Ejército para que eviten usar la fuerza mientras intentan poner fin a la crisis en el país árabe de 84 millones de personas.
Agencias