«Siento mucho que mis acciones hayan hecho daño a personas y hayan hecho daño a Estados Unidos», dijo ante la juez militar, coronel Denise Lind, durante las audiencias que deben culminar con su sentencia, en Fort Meade, al noreste de Washington.
Manning, condenado el mes pasado por espionaje por haber entregado cientos de miles de documentos a WikiLeaks, entre ellos informes de actividad militar en Irak y Afganistán, así como cables diplomáticos, dijo estar listo para enfrentar las consecuencias de sus actos.
«Quiero seguir adelante», dijo. «Entiendo que debo pagar un precio», afirmó, en lo que constituyó la primera vez que mostró remordimiento.
El soldado de 25 años podría ser condenado hasta a 90 años de prisión. Manning fue absuelto de la acusación más grave, la de ayudar al enemigo al divulgar documentación que ayudaría a Al Qaida, que por sí sola implicaba una condena a cadena perpetua.
El creador de WikiLeaks, Julian Assange, sugirió en un comunicado que el testimonio de Manning podría haber sido producto de la coacción, luego de un largo juicio y de más de tres años en prisión.
«La decisión forzada de Manning de disculparse al gobierno de Estados Unidos con la esperanza de rebajar una década o más a su condena, debe ser vista con compasión», dijo Assange.
Manning, un exanalista de inteligencia que obtuvo los documentos cuando se encontraba desplegado en Irak, se ha convertido en un héroe para sus seguidores, que lo ven como un informante que sacó a la luz los vericuetos de la política exterior estadounidense.
Pero el gobierno estadounidense lo mostró como un traidor que puso en peligro a sus colegas militares y a Estados Unidos al filtrar los documentos a WikiLeaks.
La defensa de Manning alegó que el soldado fue ingenuo, pero bien intencionado.
«Ciertamente Bradley es una persona que estaba pensando en ustedes, el pueblo estadounidense», afirmó este miércoles su abogado, David Coombs. «Su meta era hacer del mundo un lugar mejor», agregó. AFP
«Siento mucho que mis acciones hayan hecho daño a personas y hayan hecho daño a Estados Unidos», dijo ante la juez militar, coronel Denise Lind, durante las audiencias que deben culminar con su sentencia, en Fort Meade, al noreste de Washington.
Manning, condenado el mes pasado por espionaje por haber entregado cientos de miles de documentos a WikiLeaks, entre ellos informes de actividad militar en Irak y Afganistán, así como cables diplomáticos, dijo estar listo para enfrentar las consecuencias de sus actos.
«Quiero seguir adelante», dijo. «Entiendo que debo pagar un precio», afirmó, en lo que constituyó la primera vez que mostró remordimiento.
El soldado de 25 años podría ser condenado hasta a 90 años de prisión. Manning fue absuelto de la acusación más grave, la de ayudar al enemigo al divulgar documentación que ayudaría a Al Qaida, que por sí sola implicaba una condena a cadena perpetua.
El creador de WikiLeaks, Julian Assange, sugirió en un comunicado que el testimonio de Manning podría haber sido producto de la coacción, luego de un largo juicio y de más de tres años en prisión.
«La decisión forzada de Manning de disculparse al gobierno de Estados Unidos con la esperanza de rebajar una década o más a su condena, debe ser vista con compasión», dijo Assange.
Manning, un exanalista de inteligencia que obtuvo los documentos cuando se encontraba desplegado en Irak, se ha convertido en un héroe para sus seguidores, que lo ven como un informante que sacó a la luz los vericuetos de la política exterior estadounidense.
Pero el gobierno estadounidense lo mostró como un traidor que puso en peligro a sus colegas militares y a Estados Unidos al filtrar los documentos a WikiLeaks.
La defensa de Manning alegó que el soldado fue ingenuo, pero bien intencionado.
«Ciertamente Bradley es una persona que estaba pensando en ustedes, el pueblo estadounidense», afirmó este miércoles su abogado, David Coombs. «Su meta era hacer del mundo un lugar mejor», agregó. AFP