En un comunicado leído en el noticiero estelar, la junta directiva de Globovisión informó «su firme decisión de continuar siendo una plataforma para la difusión de las mas variadas ideas y opiniones, con respeto y tolerancia».
El canal de noticias reiteró «su empeño en mantener una pantalla que informe veraz y oportunamente, con objetividad e imparcialidad», añadió la nota, suscrita por el presidente de la junta directiva, Raúl Gorrín.
Globovisión, que se caracterizó por sus duras críticas contra el gobierno de Hugo Chávez (1999-2013) y por ser una ventana de la oposición, anunció un giro hacia el «centro» en su política editorial tras su venta en mayo a un grupo de inversionistas de los sectores bursátil y de seguros.
En la misiva, el medio hizo un reconocimiento a Castillo, que sin precisar los motivos anunció la noche del viernes su salida del canal y el cierre de su programa «Aló Ciudadano», que durante 12 años fue un espacio, según dijo, de «combate» contra «los abusos de poder».
«Queremos hacer un sincero reconocimiento y manifestar nuestra admiración a la trayectoria de Leopoldo Castillo por su profesionalismo y dedicación, que ha sido escuela invalorable en nuestro canal«, señaló el mensaje.
La junta directiva de la televisora, con señal abierta en Caracas y la cercana ciudad de Valencia, enfatizó que «cada paso» que ha dado «desde la adquisición del canal, ha sido acordado previamente con todas las partes involucradas».
Tras la renuncia de Castillo, en las redes sociales se multiplicaron los mensajes de solidaridad con él. Para los cerca de 500 trabajadores del medio, Castillo era visto como la garantía de una transición sin altibajos.
Globovisión, que en 2015 debe renovar su concesión, pertenecía a la familia Zuloaga, decidida opositora del chavismo y que acumuló sanciones y demandas por su programación.
Opositores al gobierno han señalado que los nuevos propietarios están ligados a altas figuras del poder, lo que habría llevado a los cambios editoriales.
Sin embargo, el gobierno acusa a Globovisión y a otros medios privados de haber promovido el breve golpe de estado contra el presidente Hugo Chávez en abril de 2002.
Tras su venta, Globovisión ha dejado de transmitir en directo las intervenciones del líder opositor Henrique Capriles y ha invitado a altas figuras del chavismo a sus pantallas, lo que no se había visto en más de una década.
AFP
En un comunicado leído en el noticiero estelar, la junta directiva de Globovisión informó «su firme decisión de continuar siendo una plataforma para la difusión de las mas variadas ideas y opiniones, con respeto y tolerancia».
El canal de noticias reiteró «su empeño en mantener una pantalla que informe veraz y oportunamente, con objetividad e imparcialidad», añadió la nota, suscrita por el presidente de la junta directiva, Raúl Gorrín.
Globovisión, que se caracterizó por sus duras críticas contra el gobierno de Hugo Chávez (1999-2013) y por ser una ventana de la oposición, anunció un giro hacia el «centro» en su política editorial tras su venta en mayo a un grupo de inversionistas de los sectores bursátil y de seguros.
En la misiva, el medio hizo un reconocimiento a Castillo, que sin precisar los motivos anunció la noche del viernes su salida del canal y el cierre de su programa «Aló Ciudadano», que durante 12 años fue un espacio, según dijo, de «combate» contra «los abusos de poder».
«Queremos hacer un sincero reconocimiento y manifestar nuestra admiración a la trayectoria de Leopoldo Castillo por su profesionalismo y dedicación, que ha sido escuela invalorable en nuestro canal«, señaló el mensaje.
La junta directiva de la televisora, con señal abierta en Caracas y la cercana ciudad de Valencia, enfatizó que «cada paso» que ha dado «desde la adquisición del canal, ha sido acordado previamente con todas las partes involucradas».
Tras la renuncia de Castillo, en las redes sociales se multiplicaron los mensajes de solidaridad con él. Para los cerca de 500 trabajadores del medio, Castillo era visto como la garantía de una transición sin altibajos.
Globovisión, que en 2015 debe renovar su concesión, pertenecía a la familia Zuloaga, decidida opositora del chavismo y que acumuló sanciones y demandas por su programación.
Opositores al gobierno han señalado que los nuevos propietarios están ligados a altas figuras del poder, lo que habría llevado a los cambios editoriales.
Sin embargo, el gobierno acusa a Globovisión y a otros medios privados de haber promovido el breve golpe de estado contra el presidente Hugo Chávez en abril de 2002.
Tras su venta, Globovisión ha dejado de transmitir en directo las intervenciones del líder opositor Henrique Capriles y ha invitado a altas figuras del chavismo a sus pantallas, lo que no se había visto en más de una década.
AFP