A la hija del antesalista venezolano Miguel Cabrera solo le gusta cuando su padre conecta jonrones
Es parte de la propia esencia en la relación de padre e hijo, el querer y desear siempre lo mejor para uno y otro.
Los hijos, por lo general, siempre ven a sus padres como ídolos y como tales le exigen el máximo en su desempeño diario, independientemente de la función que ejerzan.
En el caso de Miguel Cabrera, quien no solo es el ídolo de sus tres retoños (Rosángel, Isabella y Christopher), sino de millones de fanáticos al beisbol, la situación no es distinta.
Rosángel, la hija mayor de Cabrera, es la que más consciencia tiene de la profesión de su padre y de lo que él ha generado con su actuación en el terreno de juego. «Sus amiguitos de la escuela la reconocen y saben que yo soy su papá y le preguntan y hacen todas esas cosas de niños», dijo el tercera base de los Tigres de Detroit.
Esa situación que ha envuelto a su primogénita la ha convertido también en su más fiel y exigente fanática, una a la que tan solo le gusta que su papá saque la bola del parque, no que llegue a una base y ancle en ella esperando el remolque de un compañero.
«Lo que ella me ha dicho es que no le gusta cuando doy hits, sino cuando corro las bases completas, que le gusta cuando doy un jonrón. No le gusta cuando llego solamente a primera», dijo Cabrera entre risas, al recordar la inocencia de su niña, de siete años. «Pero he estado hablándole, para que pueda entender un poquito, le digo que esas también son cosas buenas de la pelota. Pero ella siempre se queda con que corra todas las bases, que le gusta que esté dando jonrones», agregó.
Y la verdad es que esa ingenuidad de Rosángel es la que ha creado Miguel con su desempeño diario en el terreno de juego, donde pareciera que no hay nada que no pueda hacer. De allí que la exigencia de su primogénita sea también el deseo de todos los que siguen y apoyan al último triple coronado del beisbol.
Cuenta Cabrera que pese a esas expectativas que de él tiene su hija, cada vez que va al cajón de los bateadores, nunca ha surgido de ella, como tampoco de Isabella -dos años – y mucho menos de Christopher, de apenas un año, una petición de un cuadrangular para un día o encuentro en específico. Él tampoco le ha hecho una promesa tal.
«Nunca le he dicho nada de eso y tampoco me lo han pedido. No me ha tocado la oportunidad de decirle que voy a hacer esto o lo otro, porque ni yo ni nada sabe lo que uno puede hacer cuando comienza el juego. Si uno tuviera una bolita y pudiera descifrar lo que uno va hacer las cosas serían más fáciles», expresó el venezolano, quien agregó: «A medida que va pasando el tiempo uno entiende mejor las cosas, entiende que no puede batear todos los días y por eso trato de no decirle ningunas de esas cosas. Pero si de repente lo tiro (un jonrón) les digo que fue por su cumpleaños o algo así, pero no comento ninguna de esas cosas».
Cabrera, incluso, asegura que ni siquiera cuando está en el dugout con sus compañeros, aguardando por consumir un turno, se atreve a hacer una apuesta o una sentencia de que dará un cuadrangular, aunque en oportunidades ha dejado abierta la posibilidad para que se piense en eso.
«Cuando estamos en el dugout estamos viendo cómo están los pitchers del otro equipo, nos ayudamos y decimos que está lanzando este pitcheo o este otro, y si se equivocan vamos a tratar de conectar la pelota bien, vamos dañarle el juego. Esos son los comentarios que siempre estamos haciendo y bueno tratamos de ponerle las cosas difíciles al pitcher cuando nos está dominando», reveló el tercera base de los Tigres, quien para el miércoles pasado lideraba los renglones ofensivos de promedio al bate (.362), hits (152), porcentaje de embasado (.456), slugging (.683) y OPS (1.139). Además de ser segundo en jonrones (37) y carreras remolcadas (111).
El rendimiento de Cabrera en esta campaña ha sido mejor que el registrado en la anterior, cuando se convirtió en el primer triple coronado del beisbol en 45 años. Tal situación ha hecho soñar a los habitantes del mundo de la pelota con la posibilidad de ver otra triple corona de bateo en las manos de Miguel. Él, sin embargo, se mantiene al margen.
El venezolano procura solo mantener el plan que le ha permitido ser exitoso en los diez años que tiene en Grandes Ligas, a los que sumó este lunes otro logro, al ser reconocido como el jugador de mejor desempeño en la undécima semana de la campaña, por primera vez en el 2013 y décima en su carrera.
Él no se identifica como un bateador científico, de esos que se la pasan todo el tiempo estudiando a los lanzadores rivales, ni observando sus videos. Pero tampoco lo deja todo al azar de sus excepcionales condiciones e instintos, que ya lo llevado han a ganar dos títulos de jonrones, dos de remolcadas y dos de bateo, además de un premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana (2012).
«A veces trato de agarrar un poquito de información de los reportes que nos dan del pitcher al que vamos a enfrentar, trato de ver cómo él pitcheó el juego anterior. Trato de ver algunos videos de la última vez que nos lanzó a nosotros. Uno busca tomar eso como base, pero cuando ya uno está en el juego entonces trata de ver qué pitcheos le están rompiendo, con qué lanzamientos se está sintiendo mejor y qué pitcheos está lanzando mejor en cada conteo», dijo Cabrera, quien explicó: «Cuando uno está en el home plate todo es reacción. Cuando uno piensa mucho es cuando los pitcheos le ganan a uno, es cuando los pitcheos le ganan a uno. Eso es parte del juego. Pienso que mientras uno se prepare mejor y las reacciones sean mejores, mejor va a estar uno en el home plate y se verán mejores resultados. Mientras más relajado y tranquilo esté uno en el home plate, la reacción será mejor y podrá tener mejores resultados. Eso es lo que yo siempre trato de hacer».
Ha sido eso parte de la clave en el éxito de Cabrera, quien este año podría convertirse además en el primer pelotero en la historia en ganar tres títulos de bateo consecutivos dando 30 o más jonrones.
El mejor de todos
Una de las figuras emblemáticas en la historia de los Tigres de Detroit, Al Kaline, no oculta su admiración por el talento de Miguel Cabrera.
«Es el mejor bateador que he visto», dijo el exjugador de 78 años al mlive.com durante una sesión de autógrafos.
«Aquí hay un hombre que no corre muy bien y que está liderando la liga (en promedio ofensivo). (…) Va a todos lados, golpea la pelota hacia el jardín derecho y posee mucha más fuerza y control de su bate».
El miembro del Salón de la Fama de las mayores pasó 22 años con Detroit, donde dio 399 jonrones y empujó 1.583 rayitas, números que, de seguir así, superará Cabrera muy pronto.
«Él usa todo el terreno, lo cual es importante», acota Al Kaline. «Ahora no voy a compararlo a él con Ted Williams y algunos chicos del pasado, pero ciertamente si mantiene la manera como va entrará a la historia como uno de los mejores bateadores de todos los tiempos».