Uno de los amigos más cercanos del papa Francisco, el profesor italoargentino Francisco Mele, trazó este martes un retrato mordaz del pontífice argentino, a quien considera un «heredero de Simón Bolívar».
En una entrevista publicada por el diario La Repubblica, Mele, quien remplazó a Jorge Mario Bergoglio como profesor de psicología en el Colegio del Salvador en Buenos Aires, habló de las ideas y los principios que han guiado hasta ahora al otrora arzobispo de Buenos Aires y primer papa latinoamericano.
«Francisco es el primer papa bolivariano de la historia. Su visión geopolítica se inspira en la de Simón Bolívar, el Libertador: la unión de América Latina para crear un sujeto económico autónomo y un actor político independiente en la escena mundial: la Patria Grande», aseguró Mele en la entrevista, firmada por Lucio Caracciolo, director de la revista italiana de geopolítica Limes.
«Este papa representa la voz de América Latina. No se trata sólo de un patriota argentino o quizá de un peronista. Como suele decir él mismo, habla a todos los pueblos que viven entre el Río Grande y la Tierra del Fuego», sostiene Mele, quien se encuentra en Italia para dictar una conferencia en el marco del Festival de Todi (centro).
Interrogado sobre el proyecto geopolítico del nuevo papa, elegido en marzo pasado tras la renuncia de Benedicto XVI, Mele está convencido de que se inspira en el de Bolívar, San Martín y José Gervasio Artigas, próceres que batallaron por la independencia americana del imperio español.
Francisco sueña «la unidad geopolítica de toda América Latina como contrapeso a Estados Unidos, la poderosa potencia que representa los intereses del norte», aseguró Mele.
Al igual que Juan Pablo II en la década del 80 y 90 para la unificación de Europa, Francisco tiene un proyecto para América Latina y el mundo basado en «la teología del pueblo, por encima de la teología de la liberación», afirma el profesor Mele.
El psicólogo, que combina su actividad didáctica entre Italia y Argentina, cita libros, conferencias y charlas del entonces arzobispo de Buenos Aires, a quien considera también «un gran estratega».
«Me recuerda a Napoleón. Como el emperador, quiere estar cerca de sus soldados. Este papa ama mezclarse con su pueblo, con sus curas, para estimularlos e impulsarlos hacia la misión pastoral. Es además un papa que piensa y actúa velozmente. No sabemos las sorpresas que nos reserva para mañana. Ni Dios sabe lo que piensa un jesuita», concluyó.
AFP