DACHAU, Alemania. Angela Merkel realizó una ofrenda floral en el campo de concentración de Dachau el martes, convirtiéndose en el primer jefe de Gobierno alemán que visita el lugar donde los nazis mataron a más de 41.000 personas durante el Holocausto.
Haciendo una pausa en su campaña electoral hacia un posible tercer mandato, la canciller se reunió con supervivientes, entre los que estaba Abba Naor, un judío de 85 años cuya madre y hermano de cinco años fueron asesinados en campos de concentración junto con docenas de parientes más.
«Merkel viene aquí para decir que nunca olvidaremos lo que sucedió aquí», dijo el exprisionero de origen lituano.
Los nazis abrieron Dachau, cerca de Múnich, en 1933, semanas después de que Adolf Hitler llegase al poder, para detener a sus rivales políticos. Se convirtió en el prototipo para una red de campos donde fueron asesinados seis millones de judíos además de gitanos, rusos, polacos y homosexuales.
Más de 200.000 personas habían sido detenidas en el campo en el momento en que soldados estadounidenses lo liberaron en 1945. Imágenes de televisión que mostraban pilas de cuerpos y prisioneros famélicos en el campo fueron algunas de las primeras imágenes que el mundo vio de los crímenes del Holocausto.
El escalofriante lema «Arbeit macht frei» («El trabajo os hará libres») en la puerta principal de Dachau todavía saluda a los 800.000 visitantes anuales del campo, en cuyo patio de armas Merkel habló a un pequeño grupo de supervivientes, rodeados de monótonos barracones grises y torres de vigilancia.
«El nombre de Dachau es trágicamente famoso ya que sirve como modelo para los campos de concentración», dijo la canciller. «El recuerdo de ese destino me llena de una profunda tristeza y vergüenza».
Merkel dijo estar preocupada por el curso del extremismo de derechas en Alemania, donde una pequeña célula neonazi, Red Clandestina Nacionalsocialista, está siendo juzgada por la muerte de nueve inmigrantes y una policía entre 2000 y 2007.
Agencias