«Se comprobó: fue un sabotaje de sectores desesperados porque creían que incendiando una refinería le ganaban las elecciones a (al fallecido expresidente Hugo) Chávez», dijo Maduro este sábado en un acto público en las afueras de Caracas.
El mandatario se refirió al estallido, el 25 de agosto de 2012, de la refinería de Amuay, en el estado de Falcón (noroeste), que dejó 42 muertos y decenas de heridos.
«Las pruebas se mostrarán en los próximos días, son de una investigación técnica internacional que se dirigió (…). Esta derecha no tiene escrúpulos para hacerle daño a la patria», añadió Maduro.
Las primeras versiones sobre el estallido hablaban de una fuga de gas que habría provocado el incendio y explosión de nueve tanques de combustible, cuya onda expansiva arrasó a viviendas, comercios y parte de la refinería.
A decir de Maduro, la oposición buscaba restar popularidad al entonces presidente Chávez con miras a la elección del 7 de octubre, que fue ganada por el mandatario, quien falleció de cáncer el pasado 5 de marzo.
En junio pasado, Maduro ya había acusado a la oposición en base a investigaciones de la fiscalía general, pero esta es la primera vez que cita pesquisas internacionales.
En los últimos meses se han registrado en refinerías e instalaciones de la petrolera estatal PDVSA distintos incidentes de este tipo, sin dejar mayores daños y algunos de los cuales han sido atribuidos a actos de sabotaje.
Venezuela, el país con las mayores reservas de crudo en el mundo, tiene en el petróleo su principal fuente de ingresos. AFP