El juicio de los jefes de los Hermanos Musulmanes, entre ellos el guía supremo, Mohamed Badie, por «incitación al asesinato» de manifestantes, fue aplazado este domingo, el mismo día en que se retomó el proceso contra el ex presidente egipcio Hosni Mubarak por «complicidad» en la muerte de manifestantes en 2011.
El proceso contra Mohamed Badie y sus dos adjuntos, Jairat al Shater y Rashad Bayumi, que no se encontraban presentes por «razones de seguridad», según fuentes policiales, se aplazó al 29 de octubre con la intención de que los acusados puedan asistir.
Los tres principales jefes de la cofradía, a la que pertenece el presidente Mohamed Mursi, y otros tres miembros son pasible de la pena de muerte por «incitación al asesinato» y «homicidio» de ocho manifestantes frente a la sede de los Hermanos Musulmanes en El Cairo el pasado 30 de junio.
Ese día, millones de personas reclamaron la renuncia del presidente islamista Mursi, una manifestación invocada por el ejército el 3 de julio, para destituir y detener a Mursi, primer jefe de estado elegido democráticamente en Egipto.
Otros 20 acusados de haber participado en estos disturbios debían comparecer también este domingo.
Al mismo tiempo, en otro tribunal cairota, el ex presidente egipcio Mubarak, sus dos hijos y varios responsables de su régimen comparecían en la sexta audiencia del proceso por «corrupción» y por «complicidad» en la muerte de cientos de manifestantes durante la revuelta a principios de 2011 que le derrocó tras treinta años en el poder.
Los juicios tienen lugar en pleno caos político en Egipto, donde las nuevas autoridades, dirigidas de facto por el ejército, reprimen en un baño de sangre desde hace 10 días las manifestaciones organizadas por los Hermanos Musulmanes.
Unas mil personas fueron asesinadas, principalmente islamistas, y los principales dirigentes de la cofradía fueron arrestados, además de 2.000 partidarios de Mursi. Un centenar de policías y soldados fallecieron también en los peores episodios de violencia conocidos en Egipto en su historia reciente.
Hosni Mubarak, de 85 años, fue condenado en junio de 2012 en primera instancia a cadena perpetua por «complicidad» en el asesinato de manifestantes durante la revuelta de 2011. El ex presidente apeló y la Corte de Casación ordenó un nuevo juicio.
Mubarak, cuyo estado de salud es delicado, se encuentra actualmente en arresto domiciliario en un hospital militar de El Cairo, tras abandonar la prisión cairota de Tora, donde se encuentran también detenidos los jefes de los Hermanos Musulmanes.
El ex presidente apareció el domingo sentado sobre un banco, detrás de los barrotes de la celda reservada a los acusados en el tribunal.
El proceso contra los Hermanos Musulmanes tiene lugar en un momento en el que la cofradía musulmana no parece estar en condiciones de movilizar a sus simpatizantes. Sus principales activistas han sido diezmados y sus dirigentes encarcelados en los últimos días.
El viernes, cuando llamaban a manifestaciones de «millones» de personas contra el «golpe de estado» de los militares, solo respondieron unos miles de partidarios de Mursi.
Antes de la represión, los simpatizantes de Mursi congregaban a decenas e incluso cientos de miles de personas en El Cairo y otras grandes ciudades.
Pero la mayoría de los seguidores de Mursi tienen miedo de salir a la calle, donde soldados y policías están autorizados por las autoridades a disparar contra los manifestantes hostiles.
El país se encuentra en estado de urgencia y las grandes ciudades están están llenas de tanques y controles. El toque de queda impuesto en El Cairo y trece provincias por las disturbios tras la represión de los partidarios de Mursi fue rebajado dos horas el sábado y está vigente de 21H00 a 06H00, salvo el viernes, que empieza a las 19H00.
AFP