El aprendizaje político en América Latina ha sido muy difícil, algunos lo vienen planteando a largo plazo, pero, esta acción estará predeterminada por la presencia estadounidense de sus casi noventa bases (90) militares diseminadas por todo este vasto territorio indígena que nos llevó a una situación hibrida entre el agua, la naturaleza y su tierra, la cual es rica minerales. Pero, también dos hombres recorrieron su espacio en la búsqueda de una promesa compartida y equilibrada entre Libertadores e indígenas, me refiero a Simón Bolívar y Hugo Chávez Frías. La idea era darnos una fórmula de estabilidad política e ideológica que nos llevara a resultados concretos y tangibles para darle mayor seguridad a su Proyecto Bolivariano y la supervivencia de un régimen cívico- militar que neutralizaría el apoyo de los antiguos colonizadores y, ahora quienes representan el autoritarismo imperial.
Hasta ahora, existe un escenario de observación intervencionista que posee su peso de reglas, instituciones y procedimientos para neutralizar la democracia socialista y, donde su literatura mediática es un concepto político para crear confusiones sobre el destino de los ciudadanos en nuestro Continente. Las bases militares acantonadas en Suramérica constituyen una magnitud explicativa de lo que es verdaderamente el terrorismo, utilizando la violencia anómica entre los pueblos para amparar el hampa, narcotráfico, como una manera legítima de desestabilización de una república. De esta manera, se provocarían estallidos sociales, donde la memoria de las élites estarían presentes.
Estados Unidos, cuenta con agentes expertos en direccionar disputas políticas, sin importarle la legitimidad de todos los grupos políticos, su único interés es avanzar, bajo un compromiso común y recurrir a la fuerza en un momento dado para obtener el poder.
La extraña definición de las últimas elecciones norteamericanas, abre un importante espacio de debate para el mejoramiento de las técnicas de guerra y la inoculación de virus en los principales dirigentes y líderes latinoamericanos, armas que vienen desarrollándose y evolucionando a la perfección, tras treinta y cinco,( 35) años de estudio y de experiencia con grupos humanos, como sucedió en el Salvador y en otro término como le arrebató a Colombia un trozo de espacio territorial llamado Panamá. Su interés es mantener la exclusión y legitimar las formas de control social en países latinos, donde la derecha maneja alternativas antidemocráticas. Pero, ya hay un presente y el Continente ya empieza a rugir, aunque Brasil debe anclar su ambigüedad filosófica y marchar hacia una unidad clasista porque es la nación más rodeada por bases norteamericanas de carácter militar y científicas, es decir, cada soldado aparte de su militancia vocacional es un profesional en biología, química, laboratorista, zootécnico, aviador y psíquicos- videntes.
La suerte o el fracaso están dados, hoy, Egipto está desestabilizado. Siria por igual, ya Libia está bajo su control, les interesa el Canal de Suez. Vendrán en poco tiempo, agitando Latinoamérica para llevarnos al colonialismo. Nuestros territorios agrícolas lo vienen interviniendo de una manera pausada, obligando a los campesinos a un emigrado rural que pasa a vivir en los cordones de miseria de las grandes ciudades. Estos ciudadanos, que compran parcelas e invaden terrenos productivos poseen variados signos ideológicos y de contenidos antidemocráticos y antisocialistas. Allí, se originan nuevas formas de autoritarismos, estimulados por organizaciones de sentimientos antisistema y agentes encubiertos.
En Egipto, los norteamericanos, utilizaron militares preparados en sus academias e introdujeron el concepto religión para confundir a los musulmanes y establecer un alcance de objetivos, el Canal de Suez. Necesitan llegar a Mongolia y al Oriente por el Mediterráneo y este paso. Luego, llevar a sus colonias, agua fresca, petróleo y gas.
La Armada de Estados Unidos desea tener control sobre Latinoamérica, como en el pasado. Desean los armadores elegir el campo de batalla y posesionarse de nuestras tierras. Es cuestión de tiempo, debemos, mojar nuestras camas y estudiar historia, asumir con conciencia nuestro espacio, buscando unidad y un conocimiento de la realidad.
Emiro Vera Suárez