BRASILIA. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, criticó el martes la huida del senador boliviano Roger Pinto sin salvoconducto desde la embajada brasileña en La Paz y dijo que el Gobierno no puede colocar en riesgo la vida de una persona a la que se le concede asilo.
Rousseff respondió al diplomático brasileño Eduardo Saboia, quien asumió la responsabilidad por la salida del senador boliviano, argumentando que la embajada de Brasil en La paz no era «Doi-Codi» (un centro de tortura del régimen militar en Brasil) y que la comparación entre ambos lugares era como contrastar el cielo con el infierno.
El caso provocó una crisis diplomática con el Gobierno boliviano, que condenó la fuga del senador, y causó la salida del ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Antonio Patriota.
«Yo estuve en Doi-Codi, yo supe lo que era Doi-Codi, y les aseguro que está tan distante Doi-Codi de la embajada brasileña en La Paz como está distante el cielo del infierno», dijo la presidenta a periodistas en el Congreso Nacional.
Rousseff fue militante de izquierda durante el régimen militar en Brasil (1964-1985) y fue presa y torturada por la represión a los opositores de la dictadura.
La mandataria criticó la decisión asumida por Saboia, el encargado de negocios de la embajada de Brasil en La Paz, de sacar a Pinto de la embajada sin un salvoconducto, e indicó que la situación puso en riesgo la vida del senador boliviano.
Agencias