BOGOTA. Delegados del gobierno y voceros de pequeños agricultores comenzaron el miércoles una segunda ronda de negociaciones en busca de finalizar un paro de cultivadores, mientras estudiantes anunciaron que marcharán el jueves en distintas ciudades del país en solidaridad con los campesinos y en reclamo de mayor presupuesto para las universidades.
Las negociaciones se realiza en la sede del Arzobispado en Tunja, capital del central departamento de Boyacá y a unos 130 kilómetros al noreste de Bogotá.
Los diálogos para llegar a un acuerdo que ponga fin al paro, que comenzó el 19 de agosto y se ha desarrollado con fuertes manifestaciones y bloqueos de carreteras, se iniciaron el martes por la noche y se extendieron hasta la madrugada del miércoles, cuando se reanudaron por la mañana.
Pero los líderes de la manifestación en Boyacá mantienen bloqueos viales en varias de las carreteras desde y hacia Tunja y de acceso a Bogotá porque aseguran que sólo bajo esa presión pueden obtener resultados.
César Pachón, uno de los negociadores y vocero en Boyacá de las 47.000 familias dedicadas al cultivo de papa y otras 12.000 que siembran cebolla, dijo que hay buen ambiente en las negociaciones, pero que evitarán comentarios y solo emitirán comunicados para evitar confusiones y versiones equivocadas sobre el proceso.
Pero en una declaración a los reporteros en la casa de gobierno en Bogotá, el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas destapó algunas de las cartas negociadoras del gobierno: reducir a cero el arancel para la importación de fertilizantes, refinanciar créditos agropecuarios e incluso declarar salvaguardas, o imponer aranceles temporales, a ciertos productos agrícolas que están incluidos en los tratados. No precisó si su implantación depende de un acuerdo definitivo con los manifestantes.
«El gobierno ha llegado a esa mesa con propuestas concretas que le ayudan de manera muy contundente al agro colombiano», dijo el ministro, quien no respondió preguntas. Cárdenas no indicó a qué productos agrícolas o bajo cuáles tratados se podrían imponer esos aranceles a la importación o los montos de financiamiento para refinanciar créditos agropecuarios.
César García / AP