Así lo señaló Jesús Salazar, padre de una paciente con cáncer, internada en el Hospital Vargas de Caracas desde hace cuatro meses. Asegura que a pesar de las eficientes tratos del personal que los atiende, los productos para el tratamiento deben salir de su bolsillo
La apariencia del Hospital Vargas de Caracas es muy buena. El nosocomio, recientemente restaurado, muestra en su ornamentada estructura tenues colores que remonta, a quien lo admira detalladamente, a finales del siglo XIX; enalteciendo su valor histórico y patrimonial para la capital venezolana.
Pero detrás de esta fachada, se esconde un sinnúmero de historias, que frente a la actual situación que atraviesa el país en materia de salud pública, parecen salir a flote y demostrar las deficiencias y carencias, que padecen aquellos que no tienen como tratar sus dolencias en recintos médicos privados.
Jesús Salazar, es padre de María de 41 años de edad, internada en este nosocomio desde hace cuatro meses a causa del Linfoma de Hodgkin que padece. De recursos muy humildes, gran parte de su familia se trasladó desde la población de San Vicente de Maturín, estado Monagas, para velar por la salud de su hija.
Sin embargo, aseguró que ha sido un proceso difícil, porque el servicio que reciben no es del todo eficiente. “Los médicos, las enfermeras, la gente que nos ayuda son una maravilla, no existen quejas y mucho menos suficientes palabras para agradecerlo. Pero el tratamiento que ella necesita aquí no existe”.
Falta de insumos
Y es que, según Salazar, María requiere un medicamento llamado Meropenem, que le debe ser suministrado tres veces al día. Cada dosis de un miligramo, tiene un valor de 160 Bs. pero este no se encuentra entre los insumos del hospital. Afortunadamente, cuentan con el apoyo de trabajadores sociales que le consiguen el antibiótico en otros centros, pero cuando no, deben costearlo de su bolsillo.
“Son casi 500 Bs. diarios, el sacrificio uno no lo siente porque es para un ser amado, pero la cifra de lo que hemos gastados es astronómica, y nosotros no contamos con dinero suficiente para ello”, lamentó.
Falla en los servicios
Sin escandalizarse ni quejarse, Salazar señaló una de las deficiencias que presenta este centro de salud, como lo son los servicios básicos. En la sala 1, los baños no cuentan con agua directa, por lo que deben llenar los tobos y pipotes para bajar los inodoros, bañar a los pacientes, entre otros.
“Nosotros la aseamos con agua tibia, que calentamos y debemos trasladar desde otra sala, porque aquí hace mucho frió y de no hacer eso le puede caer mal”, explicó, únicamente preocupado por la confortabilidad de su hija. Acotando además, que los pasillos en las noches son muy oscuros, dado a que la mayoría de las lámparas no funcionan.
Otras deficiencias
No obstante, esta es sólo una de las diferentes realidades que se viven en el recinto. Un paciente, que prefirió no revelar su identidad, aseguró que su cita para realizarse una cirugía por una patología electiva, fue postergada para dentro de dos meses, luego que le notificaran que no contaban con anestesiólogo.
Asimismo, se conoció que los pacientes cuando requieren el uso del quirófano, deben comprar los productos para limpiarlo, mientras que las máquinas para los tratamientos oncológicos funcionan “a duras penas”.
Esto sin contar los numerosos carteles de “no funciona” o “fuera de servicio” que se encuentras distribuidos en todo el hospital, colocados en puertas, baños e incluso ascensores. Mientras que en algunos departamentos, como dermatología, las próximas consulta son para dentro de cinco meses.
María Jelvis, tras acudir al hospital para consultarse por su padecimiento cardiovascular, criticó que a pesar de hacer llegado a las 5:40 am de este jueves, no pudo ser atendida en la mañana porque sólo entregaron 12 números y eso era apenas la mitad de las personas que a esa hora se encontraban en el lugar.
Presupuesto insuficiente
Según empleados del Hospital Vargas de Caracas, cuyas identidades prefirieron resguardar, aseguraron que durante el pasado miércoles el director del recinto, José Carrillo, informó que le habían llegado los recursos para el nosocomio, pero que estos presentaban una reducción en comparación a los anteriores.
Entre las bajas en el presupuesto, se encuentra el destinado para el mantenimiento y reparación de las máquinas para tratamientos oncológicos, de diálisis, entre otras.
Vale recordar que en el decreto de Estado Mayor, anunciado el pasado martes por el vicepresidente Jorge Arreaza, que beneficiará con una inversión de 300 millones de bolívares y la aplicación de micro misiones en 11 hospitales, no incluyó a este recinto capitalino.
Anabel Barrios Díaz
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