José Freddy Rojas Camacho, de 47 años, vestía su uniforme de campaña e iba desarmado. En las inmediaciones de la avenida Baralt, frente a la zapatería El Pisotón, fue interceptado se supone por dos o más individuos que le quitaron la vida para robarlo
El sargento ayudante de la Guardia Nacional Bolivariana, José Freddy Rojas Camacho, de 47 años de edad, fue asesinado a dos cuadras del Consejo Nacional Electoral, en El Silencio, donde estaba destacado.
La noche del sábado concluyó su turno de guardia y se retiró a su domicilio. Vivía en Quinta Crespo, sector relativamente cercano y por eso solía irse a pie.
Lucía su uniforme de campaña e iba desarmado. En las inmediaciones de la avenida Baralt, frente a la zapatería El Pisotón, fue interceptado. Tuvieron que ser dos ó más hombres para tomarlo por sorpresa y someterlo, porque era un hombre fuerte, de excelente contextura física.
Aproximadamente a las 8:00 de la noche sus compañeros destacados en el organismo comicial que hacían recorrido por la zona, lo hallaron tirado en la vía, desangrándose. Fue llevado a la clínica Cabisofac, de El Paraíso, pero había fallecido.
Le habían dado una cuchillada en el pectoral cerca del corazón y otra en el cuello que le perforó la aorta.
Le robaron la cartera, que después sus compañeros hallaron en los alrededores, sin dinero. Su costoso celular que llevaba en un bolsillo de la pierna, no lo vieron los homicidas.
Rojas Camacho era de Rubio, estado Táchira y tenía más de 30 años de servicio. Hace 8 días se reintegró al trabajo luego de pasar vacaciones con su madre en Mérida. Había postergado varias veces su retiro y hace unos días le comunicó a su familia que este
lunes definitivamente metería su solicitud de baja. Pensaba irse a vivir al apacible Rubio, cerca de su madre, con su esposa y sus hijos. Dejó tres, uno de 19, otro de 11 y el menor de 4 años. Integraba una familia de 16 hermanos y era el menor de los varones.
Con respecto a la inseguridad, su hermana Carla Portillo piensa “lo mismo que la mayoría de los venezolanos. Si es algo natural uno está preparado, pero cuando le quitan la vida a una persona joven, uno se llena de rabia, de frustración, impotencia. Nunca pensé vivir una situación como esta”.
José Freddy era “todo terreno”, por eso sus familiares nunca esperaron que se convirtiera en una víctima del hampa. «Amaba a la Guardia Nacional, amaba su trabajo, iba con gripe, enfermo, nunca faltaba», dijeron.
Con esta muerte suman 58 los funcionarios asesinados este año en La Gran Caracas, de los cuales 17 corresponden a la PNB, 8 al Cicpc, 7 a la GNB y 4 de PoliCaracas.
AA