Los inspectores de Naciones Unidas autorizados por el Consejo de Seguridad a presentar un informe sobre el uso de armas químicas en Siria, fueron enviados esta semana por el Secretario General de la ONU Ban Ki Moon para cumplir su misión. Después de dilaciones, finalmente pudieron obtener la autorización de las autoridades de Damasco para hacer la inspección el día lunes 26 de septiembre. Pero a pesar de la luz verde oficial lograda gracias a las presiones de varios países, no resultó fácil cumplir su trabajo porque al llegar al suburbio de Ghuta, al este de Damasco, tuvieron que resguardarse para evitar los disparos de francotiradores que atacaron al convoy de los cascos azules, que tuvieron que tomar previsiones para salvaguardar sus vidas.
A pesar de los incidentes destinados a sabotear las conclusiones de los especialistas, cada vez quedan menos dudas en la opinión internacional que la denuncia de la masacre hecha por la oposición, de que más de 3000 civiles perdieron recientemente su vida a consecuencia de ataques producidos con armas químicas ejecutado por el ejercito de Bashir El Asad.
No es la primera vez que instituciones humanitarias y medicas de países vecinos como en los casos de Turquía, Líbano e Irak, han identificado a víctimas civiles en el que resaltaban que las causas de las muertes eran a consecuencia del gas letal, hecho que recientemente tuvo la confirmación por Médicos Sin Fronteras que desde la propia capital Siria denunciaron haber constatado la existencia de cientos de muertos gaseados
La presión internacional ha reaccionado con estupor ante este crimen de lesa humanidad producido por el ataque químico, que se suma a la escandalosa cifra de 100.000 muertos y cientos de miles de desplazados. Las nuevas denuncias -una vez confirmadas- le dará un giro determinante tal como señala el Secretario de Estado de los Estados Unidos en una conferencia de prensa especial, en la que señaló que en base a las informaciones recibidas los hechos demuestran de manera “real y convincente” que la denuncia hecha por los rebeldes sirios se produjo de manera “indiscriminada y en gran escala”
El uso de las armas químicas esta tipificado en el Derecho Internacional con el mismo nivel de gravedad que el Genocidio y la Tortura, establecido claramente por la Convención Internacional suscrita en 1993 cuyo tratado no fue suscrito por Siria pero que aun así no puede invocarse su incumplimiento
Dos frenos permiten aun al Gobierno de Assad enfrentar el rechazo internacional. Uno, el veto que hasta el momento han opuesto Rusia y China, apoyados por el minúsculo grupo de países miembros del ALBA, y el segundo los débiles argumentos del Gobierno Sirio que alega tal como afirmó el Ministro de Exteriores Walid al Muallem de que fueron los opositores quienes lanzaron el ataque con armas químicas.
Con el Informe de los expertos será muy difícil seguir argumentando la inocencia del régimen que con su represión ha marcado con lagrimas y luto a la población de su propio país, y ello no será tolerado por las naciones civilizadas que reaccionarán de manera muy firme al expresar al unísono: no a las armas químicas
Milos Alcalay