La historia nos recuerda a muchos hombres y mujeres del mundo que han denunciado posibles atentados para consolidarse en el poder en un momento preciso, acordémonos de las diferentes denuncias y hasta ataques fingidos que hacía el jefe de los nazis y responsable del asesinato de más de seis millones de judíos, Adolfo Hitler.
Creo en La Santísima Trinidad, sus tres Divinas Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, en la Virgen María y todo aquello que la fe me manda aceptar la Santa Iglesia Católica, y como vieron, utilizo la palabra fe para definir mi creencia al igual que lo hago con la paternidad y la maternidad de los que me dieron el ser y la vida, igualmente profeso la fe en la procreación de mis hijos, creo en la buena voluntad de los hombres y mujeres del mundo, pero de verdad hay cosas que no acepto y jamás aceptaré, como lo es el caso de la preparación de un supuesto atentado contra Nicolás Maduro y Diosdado Cabello y no creo en ellos, porque para mí no hay argumentos sustentables para aceptar un presunto ataque, pienso que su figuración política no merece que ningún venezolano y mucho menos que una potencia extranjera esté interesada en ejecutar tal vil hecho de cobardía.
Pero sí creo en la falta de protección a la vida a los ciudadanos de nuestro país que se encuentran expuestos a perder la vida en cualquier momento, víctimas de un asalto o de una simple bala fría en un arreglo de cuenta, y creo en ello, ya que esas balas sí matan a los que viven en esta nación y lo hacen todos los días sin mirar la edad, el sexo, su nacionalidad y militancia política. Eso es un hecho que no se necesita tener fe para aceptarlo ya que vemos que son más de cincuenta muertos todos las fines de semana, siendo la gran mayoría de esos crímenes realizados en los barrios populares y las masacres que a diario se ven en las cárceles de nuestra amada Venezuela y no veo a las autoridades dando la cara por su responsabilidad en estos hechos que bañan de sangre inocente, en las gran mayoría de los casos, las calles de una patria hecha y concebida por nuestros padres libertadores para convivir en paz, unión, armonía y en libertad absoluta del pensamiento y de la actuación de cada ser humano, nacido o no, que vive en nuestro territorio venezolano.
De tener siquiera la más libre sospecha de un atentado, con las personas antes mencionadas o de cualquier otro ciudadano aunque sea mi adversario, yo sería el primero en delatarlo y denunciarlo a las autoridades competentes antes que el mismo se ejecute, ya que el don de la vida solo pertenece a Dios y ante su presencia la vida de un ser humano tiene el mismo valor sin importarle cuál es el rango social o el color de su piel a que pertenece. La historia nos recuerda a muchos hombres y mujeres del mundo que han denunciado posibles atentados para consolidarse en el poder en un momento preciso, acordémonos de las diferentes denuncias y hasta ataques fingidos que hacía el jefe de los nazis y responsable del asesinato de más de seis millones de judíos, Adolfo Hitler.
Pensamos que el gobierno nacional debe tener la capacidad necesaria para detectar estos hechos y tiene que poner a trabajar a todos los grupos de inteligencia y policiales para determinar la verdad verdadera de este asunto, al igual que debe hacerlo para descubrir a todos esos asesinos que a diario matan a nuestro pueblo.
Señores del gobierno, pregúntenle a una madre, o sencillamente a un pariente de alguien que ha sido muerto en un atentado por el hampa común o en una pelea por razones baladíes, sobre quién es más importante a la hora de la muere, si es su hijo o pariente o cualquier autoridad nacional o mundial que sea asesinado.
Salomón Benshimol R.
sbenshimolyahoo.com