Frente al bloque 5 de Lomas de Urdaneta, en Catia, quedó tendido el cadáver de Carlos Enrique Vargas Villarroel, de 26 años de edad. A la 1:00 de la madrugada de ayer, delincuentes pasaron disparando y lo hirieron de un tiro en la nuca. La víctima sufrió una herida de defensa en una mano cuando trató de protegerse.
Vargas era taxista y estaba afiliado a una línea. La mayoría de sus traslados era con clientes fijos. Recientemente consiguió un contrato para el transporte de personal del circo Los Valentinos.
Pasada la medioanoche del miércoles, el joven llegó al bloque 5 donde vivía y guardó su carro. Había vendido su vehículo anterior para comprar este mucho más nuevo. Cuando iba a subir a su residencia se encontró con unos amigos que bebían licor en la calle y se quedó conversando.
Un carro pasó por la cuadra y desde su interior efectuaron disparos. La madre del taxista lo esperaba en el apartamento, pero al escuchar los tiros salió a la calle y lo encontró muerto. Sus amigos resultaron ilesos, pero los asesinos habían escapado.
Carlos Vargas era padre de un niño de 2 años. Era el menor de 4 hermanos y vivía en Lomas de Urdaneta con su familia. El móvil del crimen no se ha determinado.
AA