Tiroteos, secuestros express y asaltos a mano armada, son los recientes sucesos de una ola de violencia que ha puesto en alerta a vecinos de esta parroquia, donde inmersos en una guerra entre delincuentes, viven tras las rejas y en una angustia extrema
Vivir escuchando ráfagas de disparos resulta una realidad tan cotidiana en la parroquia Altagracia, ubicada en el municipio Libertador, que el “plomo cerrado” entre delincuentes no sólo ensordece a los vecinos, sino también les ha impedido caminar libremente por las calles, dado que el auge delictivo estampa su huella a diario con al menos 10 asaltos.
Estos hechos están siendo perpetrados por una banda criminal, conocida como “El Tigre”, integradas por varios sujetos que perturbaron una vez más la tranquilidad de los habitantes, la noche del pasado jueves, en la calle Toro, donde los estruendosos disparos se hicieron sentir por más de una hora; según denuncian sus vecinos, quienes viven encerrados y sólo salen de su hogares cuando es necesario. El suceso dejó seis delincuentes abatidos por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), a pocas cuadras del Palacio de Miraflores.
Banda organizada
Cuenta un habitante -quien omitió su identidad por temor a represalias-, que esta organización delictiva está dedicada a cometer secuestros express, asaltos y hurtos de vehículos, se desplaza una parte de ellos en motocicletas y otras en camionetas lujosas, en la que disfrazados de trabajadores someten fácilmente a sus víctimas.
Estos acontecimientos punibles, asegura el lugareño, son cada vez más comunes lo que deja claro que se trata de los mismos delincuentes quienes de forma organizada y activando un dispositivo de inteligencia, capturan precisamente aquellas víctimas que llevan dinero en su poder y objetos lujosos. A diario no sólo se escuchan las detonaciones, sino también personas lamentándose luego de haber sido asaltadas.
“Después de comprar algunas cosas en el Mikro, ubicada en calle El Bolero, salí con mis bolsa de comida en la mano, pero cuando me dirigía a mi casa caminando sentí un golpe en brazo y fue cuando me jalaron lo que llevaba en mis manos incluyendo el celular”, narró.
Pero el escenario de inseguridad, no sólo refleja arrebatones, sino también hurtos de vehículos y plagios, pero para estos delitos en particular, están muy adiestrados a la hora de protagonizarlos. Según se escucha decir de los propios vecinos, estos delincuentes utilizan ofertas ficticia, a través de una llamada telefónica, a fin de capturar a una nueva víctima.
Agregó la fuente que hace seis meses atrás se registraba este tipo de delito en la comunidad de forma aleatoria, sin conocimiento a quién se secuestra, pero en la actualidad son aquellos vecinos que cuentan con una posición económica estable que sufren de este flagelo, demostrando así que son objeto de investigación.
Vendedores
tampoco se salvan
Los comerciantes tampoco se salvan de esta situación, ya que su actividad comercial se ha vista afectada por los embates del hampa. Y es que, después de las 6:00 de la tarde las santamarías se encuentran cerradas, cuando anteriormente se mantenían hasta las 8:00 de la noche. Igualmente sucede cuando aperturan sus establecimiento en la mañana, en la que su jornada de trabajo comienza a partir de las 10:00 am.
Pero su economía popular no sólo se ha visto afectada en los horario, sino también interrumpida, ya que la guerra entre bandas no tienen una hora, ni un día para registrarse, por lo que muchas veces en cierran sus negocios mucho ante de la hora establecida.
Otras zonas
Los vecinos del norte de Caracas, que comprende las zonas La Candelaria, San Bernardino y El Recreo, también han denunciados los comunes índices de violencia que han sucedido en sus comunidades y cómo las cifras de homicidios han subido en estos últimos meses, pues las labores de inteligencia implementadas por el Plan Patria Seguro no han permitido desmantelar las numerosas bandas criminales que operan en esos sitios
Mairy Chourio
mchourio@diariolavoz.net / @mairychourio