El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió este sábado a los miembros del Congreso «no seguir con los ojos vendados» ante el supuesto uso de armas químicas por el régimen de Bashar al Asad y avalar un ataque militar contra Siria.
Apenas regresado de la cumbre del G20 en San Petersburgo, donde Obama fracasó en su intento por sumar a su causa una cantidad importante de líderes mundiales, el presidente urgió al Congreso a autorizar una intervención para iniciar una ofensiva militar contra Siria.
«No se puede seguir con los ojos vendados ante las imágenes que hemos visto de Siria», dijo el mandatario.
«Por eso pido a los miembros del Congreso, a los dos partidos, que se unan y actúen para promover el mundo en el que queremos vivir, el mundo que vamos a dejar a nuestros hijos y a las generaciones futuras», declaró Obama.
El Congreso tiene previsto iniciar el lunes, cuando termina su receso por el verano boreal, debates sobre la intervención que quiere llevar adelante el mandatario en respuesta al ataque químico del 21 de agosto en las afueras de Damasco, que según autoridades estadounidenses dejó más de 1.400 muertos y cuya autoría atribuyen a las fuerzas de Al Asad.
Según un sondeo del Washington Post, 224 de los 433 miembros de la Cámara de Representantes estaban en contra o eran más bien contrarios a una ofensiva militar, otros 184 estaban indecisos, y sólo apoyaban la intervención.
Ante una comunidad internacional profundamente dividida sobre el conflicto sirio –Al Asad cuenta con el apoyo de Rusia que se opone a una ofensiva armada contra su aliado– el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, viajó a Europa para intentar ganar apoyo.
El jefe de la diplomacia estadounidense se sumó a la reunión informal de 28 ministros de relaciones exteriores en Lituania, que tiene actualmente la presidencia rotativa de la Unión Europea, un bloque sumamente dividido sobre Siria y con una mayoría de países que rechazan una intervención militar.
En Francia, único gobierno de la Unión Europea que apoya a Estados Unidos en esta cruzada, el último sondeo reveló que el 68% de la población se opone a un ataque armado contra Siria, 9% más que en el último sondeo publicado en agosto.
El escepticismo también prevalecía entre la población estadounidense.
Una encuesta de Gallup reveló que el 51% de los estadounidense se oponen a un ataque contra Siria, mientras que el 36% lo respaldan, en un rechazo mucho mayor que los expresados antes de las guerras del Golfo en 1991, Kosovo (1999), Afganistán (2001) e Irak (2003).
«Esto no fue sólo un ataque directo contra la dignidad humana; es una amenaza seria para nuestra seguridad nacional», explicó Obama.
«No responder a este ataque escandaloso aumentaría el riesgo de ver nuevamente usadas armas químicas, de verlas caer en manos de terroristas que podrían utilizarlas contra nosotros, y esto enviaría un mensaje desastroso a los demás países, de que el uso de este tipo de armas no tendría consecuencias», advirtió Obama.
En su alocución semanal, el mandatario recordó que como comandante en jefe, decidió la semana pasada que Estados Unidos debería atacar Siria y castigar al régimen en el poder.
No obstante, ahondó en el pedido de respaldo a los legisladores: «Nuestro país será más fuerte si actuamos todos juntos, y nuestras acciones serán más eficaces. Por eso pedí a los miembros del Congreso que debatieran el tema y votaran a favor de autorizar el uso de la fuerza».
Mientras afronta una opinión desfavorable de los estadounidenses sobre más de una década de conflictos en Medio Oriente y Afganistán, Obama insistió en que el ataque que quiere llevar a cabo contra Siria «no es una intervención sin fin».
«Esto no sería otro Irak u otro Afganistán. No habría soldados estadounidenses en tierra. Cualquier acción que iniciemos sería limitada, tanto en el tiempo como en su alcance, y estaría destinada a impedir al gobierno sirio que gasee a su propio pueblo otra vez, así como sus capacidades para hacerlo», agregó.
«Sé que los estadounidenses están cansados tras una década de guerra, a pesar de que la guerra de Irak haya terminado, y la guerra en Afganistán esté perdiendo fuerza. Por eso es que no estamos poniendo a nuestros soldados en el medio de la guerra de otros», agregó.
El representante republicano Eric Cantor declaró que el voto sobre la autorización que pide el gobierno estadounidense se haría en el Senado la semana que viene, mientras que en la Cámara se haría en las «próximas dos semanas».
Obama tiene previsto por su parte dirigirse el martes a los estadounidense en un discurso televisado.
AFP