¿Quiénes son los responsables de que Venezuela haya sufrido el apagón que colapsó el país? Mientras avanza la tormenta en busca de una Ley Habilitante para iniciar la cruzada anticorrupción de Maduro, con el problema de la electricidad a raíz del reciente apagón salen a la luz, “bolichicos”, “boliburgueses”, testaferros, amigos y enchufados, toda una gama de dónde escoger, para que la Ley comience por casa.
En este es el interesante análisis que publica la revista colombiana Semana, escrito por Fanny Kertzman y Alek Boyd, en el cual señalan que lo ocurrido en Venezuela el pasado martes 3 de septiembre, es la historia de una crisis que se empezó a gestar en el año 2009 en tiempos del presidente Hugo Chávez Frías.
En ese momento, el sector eléctrico venezolano hizo agua: El gobierno de Chávez decretó la emergencia eléctrica, tuvo que imponer racionamientos, los cuales no llegaron a Caracas para que la capital y los extranjeros no sintieran tanto el malestar. A las carreras y sin ningún escrúpulo, sin licitaciones ni concursos ni información de precios, el gobierno le adjudicó a una firma desconocida, sin ninguna experiencia en el sector eléctrico, nueve contratos en un principio y tres posteriormente, para completar 12 contratos para construir generadoras eléctricas en 14 meses. Se calcula, aunque nadie lo sabe, que se pagaron tres mil millones de dólares en sobreprecio.
Según la revista Semana, las personas que están detrás de Derwick Associates, la compañía beneficiada, son Leopoldo Alejandro Betancourt López y Pedro José Trebbau López, venezolanos residentes de Estados Unidos, “bolichicos” que han acumulado fortunas enormes a través de un oscuro esquema para obtener contratos en materia energética en su país, en lo que no tenían experiencia alguna.
La investigación de la revista Semana revela que desde Estados Unidos, los “bolichicos” han pagado sobornos multimillonarios a funcionarios en Venezuela a cambio de la adjudicación de contratos en el sector energético.
“Bolichicos” y “bolicorrupción”
Una vez Derwick ganó los contratos energéticos en Venezuela, pagó los sobornos y subcontrató empresas estadounidenses, incluidas General Electric, Pratt & Whitney y ProEnergy Services LLC, para que llevaran a cabo los proyectos energéticos.
Por todo ello, los “bolichicos” disfrutan de estilos de vida extravagantes. Betancourt es dueño de un penthouse en la Olympic Tower en la Quinta Avenida en Nueva York. Trebbau tiene una propiedad en la zona exclusiva de Sunny Isles en Miami. Dirigen el negocio desde una oficina ubicada en 450 Park Avenue con la 57, en Nueva York. Tienen avión privado y coto de caza en España. Mejor dicho, los Nule se les quedaron en pañales.
Según estudios realizados por el experto en energía venezolano José Aguilar, Derwick Associates le ha sobrefacturado al Estado venezolano 2.933 millones de dólares. Y esta es sólo la punta del iceberg. En entrevista concedida a Alek Boyd, Aguilar arguye que esto es sólo una pequeña parte de una estafa al Estado venezolano, que supera los 23 mil millones de dólares y que hoy tiene a más de la mitad del país en un apagón histórico.
Aguilar mencionó numerosas compañías internacionales que han participado en el ardid: Impsa, de Argentina; Iberdrola y Duro Felguera, de España; Alstom, de Francia; CMEC y Sinohydro, de China; Ferroostaal, de Alemania; TSK, de Tailandia, y American Waller Marine, de Estados Unidos.
¿Y la Ley anticorrupción?
En cada uno de los proyectos en que se han involucrado estas compañías con socios locales ha habido sobreprecios que van del 48% hasta el 515%, según Aguilar.
Aguilar identificó 40 proyectos y los analizó de acuerdo con las siguientes variables: la potencia teórica en MW; los costos publicados; el precio internacional; el sobreprecio estimado; la fecha estimada de terminación; los contratistas; estado del proyecto (operativo o no); megavatios disponibles contra megavatios no disponibles todavía; megavatios pendientes; y el retraso en número de meses desde que se anunció que el proyecto estaría listo.
El resultado es impactante. Impsa no ha entregado absolutamente nada en el proyecto de Tocoma, seis años después de la supuesta fecha de entrega. Sólo en este proyecto, Aguilar estima que se han sobrefacturado siete mil millones de dólares, y aun así su hábil presidente, Enrique Pescarmona, consiguió que le asignaran el proyecto Guri II, en la reconocida represa del Guri. Aguilar duda que Impsa tenga el conocimiento y la capacidad técnica para llevar a cabo un proyecto de tal envergadura, cuyas características son únicas en el mundo.
Y venía la brisa y zuas…
Aguilar dice que el último reporte sobre la situación energética en Venezuela se publicó en el 2008 y fue solo un reporte parcial. En el 2007 Caveinel, un gremio privado independiente, publicó el último informe completo y después fueron absorbidos por el régimen chavista.
La investigación de la Revista Semana culmina con una impactante revelación: lo más increíble es que después de haber asignado o gastado más 23 mil millones de dólares, Venezuela está más lejos que nunca de resolver su problema energético. Para muestra el apagón de este martes 3 de septiembre que afectó a más de la mitad del país, y que hizo amago el lunes 9 en La Guaira, Guarenas y Guatire… ¿Quién le pone el cascabel al gato?
A CALZÓN QUITAO / Wilmer Suárez