Desde el año 2005 un manto de oscuridad se teje sobre el contrato colectivo petrolero (CCP) y luego de la fusión de las federaciones petroleras en 2009, se ha reforzado aún más el control de las cúpulas sindicales del gobierno y de PDVSA sobre el documento fundamental que regula las relaciones laborales en la industria petrolera nacional, excluyendo de las decisiones al principal beneficiario el trabajador petrolero.
Este dominio absoluto sobre las relaciones de trabajo se debe en parte a la desaparición de los sindicatos de base, quienes representaban a los trabajadores petroleros ante PDVSA o las empresas contratistas en los múltiples reclamos laborales en las diferentes zonas petroleras del país. Hoy estos sindicatos salvo excepciones son unos cementerios, para muestra veamos las sedes clausuradas en la Costa Oriental del Lago de los sindicatos de Bachaquero, Lagunillas, Tía Juana, o las de Maracaibo, devorados algunos por la maleza, otros por la desidia de la actual dirigencia sindical.
El desmontaje del sindicalismo petrolero de base se inició en 2010 con las fusiones forzadas y arbitrarias de estas organizaciones en todos los municipios petroleros del país, sin la participación directa del afiliado, de quien paga la cotización, en la designación del “nuevo sindicato” impuesto por la mayoría sindical oficialista de la FUTPV. Todavía en 2013 no se ha efectuado la primera elección democrática que ratifique con el voto obrero libre los nuevos sindicatos.
El resultado no se hizo esperar al no aplicarse durante estos años en un 60% el CCP que ellos firman en nombre de 110.000 trabajadores registrados en la nómina diaria. En diferentes declaraciones de prensa los federativos opuestos a esta barbarie antisindical denuncian como no se respetan las cláusulas salariales, jubilación, descanso, de seguridad industrial y el atropello permanente de supervisores y gerentes con la amenaza permanente del despido si no se pliegan al proceso político gobernante.
En esta oportunidad el Presidente de la FUTPV señala unas matemáticas curiosas al recibir 186.000 propuestas para el CCP, por cierto superior a la cantidad recibida por la comisión presidencial de la LOTTT quien recibiera 12.000 propuestas en 6 meses 13.500.000 de trabajadores de la población activa. En el petróleo se la comieron al recibir de los 110.000 por lo menos 1.5 propuestas por cabeza y por el contrario no existe el registro de una sola asamblea sindical, sea sectorial o general donde se apruebe el proyecto de contrato colectivo.
Aún cuando la tradición en el sindicalismo petrolero de otrora desde 1936 hasta entrado el siglo XXI fueron las asambleas periódicas en los antiguos SOEP del oriente y el occidente del país, siendo emblemáticos y ejemplares dirigentes Cumare en Bachaquero, el profesor Cesar Martínez en el STPL a la hora de dirigir las luchas petroleras en defensa del CCP y del comisariato entregado vilmente en 2005. Tarea histórica de los trabajadores petroleros recuperar el CCP y la democracia sindical perdida. Movimiento Laborista
Froilán Barrios Nieves