La Policía de Colombia detuvo a otros 16 presuntos integrantes de una banda que enviaba marihuana a Trinidad y Tobago vía Venezuela y se incautó de una tonelada de esa droga, informó hoy una fuente oficial.
El director de la Policía Nacional, el general Rodolfo Palomino, informó en una rueda de prensa de que esa operación, llamada «Estructural 005», se inició hace un año y medio y ha acumulado un total de 32 detenciones y 42,7 toneladas de marihuana decomisadas.
Palomino señaló que miembros de la organización de narcotraficantes han señalado que en la zona de producción, el departamento del Cauca (suroeste), cuentan con «la protección del frente sexto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)».
«Hay evidencias claras que nos señalan que hay auspicio por lo menos, o como ellos lo señalan la protección, del frente Sexto de las FARC allá en esa zona de producción, acopio, almacenamiento e inicio de transporte», anotó el alto oficial.
Además, dijo que la banda le pagaba a la guerrilla un «gramaje» o impuesto que depende de la cantidad de estupefaciente que sale de la zona de influencia guerrillera.
La banda producía y vendía marihuana de tipo «creepy», considerada de alta calidad, y luego la transportaba camuflada en camiones de «cargamentos legítimos» hasta Bogotá y Medellín, desde donde se distribuía en los puntos de venta urbanos y otros centros cercanos.
Según Palomino, la actividad de la banda «se extendía hacia las islas del Caribe, especialmente con la ruta que atravesaba Venezuela (desde el departamento colombiano de La Guajira), y llegaba a Trinidad y Tobago».
La acción que completó la desarticulación de la banda tuvo lugar en las últimas horas en Bogotá, cuando las autoridades se incautaron de 1.000 kilogramos de marihuana que eran transportados en un camión en el suroeste de la capital colombiana y detuvieron a cuatro personas.
En el último año y medio se practicaron capturas también en varias regiones de Colombia, incluida la ciudad de Maicao, en La Guajira, frontera conVenezuela (noreste).
Todos ellos fueron acusados de los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y concierto para delinquir con fines de narcotráfico, incluidos el jefe de la banda, Walter Ramos, alias «Chillón», quien supuestamente financiaba y organizaba el mantenimiento de los cultivos, el transporte de la droga y su distribución.
La Policía acusa a Ramos de manejar las relaciones con el frente Sexto de las FARC. EFE