En medio de un rugido sordo, un alud de tierra, rocas y barro bajó por una ladera y barrió con prácticamente la mitad del remoto pueblo montañoso de La Pintada, donde subió a 68 el número de personas aún permanecen desaparecidas.
Lo ocurrido en La Pintada es la mayor tragedia ocurrida tras el paso de dos tormentas el fin de semana por ambos lados de México y que en total ya ha causado la muerte de 97 personas, que no incluye a los desaparecidos.
Cada uno de los cerca de 400 sobrevivientes de La Pintada, en el estado sureño de Guerrero, recuerdan con precisión donde estaban al momento del mortal golpe de tierra y rocas la tarde del lunes, el mismo día que México celebraba su Independencia en medio de dos tormentas que azotaron la mayor parte del país.
Nancy Gómez, de 21 años, escuchó un extraño sonido y con su bebé de un año en los brazos se acercó a la puerta de su casa a mirar que pasaba. Entonces vio el suelo moverse y enseguida sintió cómo era sacudida por detrás cuando su padre la empujó intentando protegerla.
Esa fue la última vez que Gómez vio a su padre, quien se encuentra entre uno de los 68 desaparecidos por el deslizamiento de tierra, cubierto posteriormente por un segundo alud tras el deslave que sepultó ahora también a gente que intentaba rescatar a quienes ya estaban atrapados.
En el primer deslave de un cerro ablandado por las intensas lluvias que dejó la tormenta tropical Manuel, Gómez se vio atrapada en una ola de tierra que la cubrió y dejó apenas una pequeña bolsa de aire entre ella y su bebé.
«Yo gritaba mucho para que me rescataran, pero de mi mamá, mi papá y mi primo no escuché nada, ni un grito, nada, nada», dijo Gómez a The Associated Press mientras permanecía recostada en un colchón dentro de un albergue temporal en el balneario de Acapulco. En algún momento, otros familiares llegaron hasta donde estaba su casa y lograron rescatarla.
AP