El laureado sistema de orquestas infantiles y juveniles de Venezuela encara una de sus metas más ambiciosas a poco de cumplir 40 años: llevar a un millón el número de jóvenes dentro de sus filas para acercar el poder de la música a muchos niños que viven en las calles del país caribeño.
Uno de los pilares de esta meta se apoya en la apertura en octubre próximo de la Villa Musical Panamericana en la ciudad vecina a Caracas de Guarenas, un lugar especialmente prolífico en el desarrollo de vocaciones musicales.
El creador de este gran proyecto formativo, el músico y economista José Antonio Abreu, destacó a la inauguración de este espacio como «el primer paso» que están «dando para satisfacer la meta de un millón de jóvenes y niños tocando y cantando, que es el objetivo que nos hemos propuesto en los próximos tiempos».
«Esa villa tiene inmensas ventajas físicas, situada admirablemente en el centro de una región que ha sido particularmente prolija en la consecución de vocaciones musicales infantiles», dijo Abreu en un encuentro con la prensa en Caracas.
«Las orquestas y los coros juveniles de Guarenas y Guatires son excelentes y hay allí excelentes condiciones ambientales para desarrollar la educación musical», afirmó.
Nacida en 1975 con el objetivo de educar y rehabilitar a través de la música a miles de jóvenes de entornos pobres, esta estructura de conjuntos y agrupaciones musicales, conocida como «El Sistema», está presente en cerca de 25 países y ha consagrado a grandes directores de orquesta como el renombrado Gustavo Dudamel.
A dos años de cumplir sus 40 años, «El Sistema» y su creador se han propuesto nuevos desafíos, entre los que resalta la formación de unos 10.000 maestros para capacitar a los jóvenes que se van incorporando a sus filas y que se suman a los 400.000 niños y adolescentes que ya son parte del programa.
«Nuestra única gran tarea es la formación de maestros. Esta es una tarea que requiere nuevos maestros, muchos maestros. La capacitación docente esa es la gran meta nuestra, sin la cual sería imposible aspirar a una cifra tan gigantesca» del millón de jóvenes, sostuvo Abreu.
A Abreu le preocupa también dejar como legado una adecuada infraestructura para el funcionamiento de «El Sistema», que este año fue el invitado de honor en el Festival de música clásica de Salzburgo.
A la Villa Musical, que implica un desembolso por parte del Gobierno venezolano de 47 millones de bolívares (7,4 millones de dólares al cambio oficial), se sumarán una serie de edificios que va a construir el Estado junto con el Banco Interamericano de Desarrollo en siete capitales estatales del país.
El primero de ellos, un complejo de tres edificios ubicado en el área metropolitana de Caracas, estaría listo para el 2018 y recibirá el nombre de «Complejo Internacional de la Música Simón Bolívar».
«Cada estado tendrá su propio gran edificio moderno dotados de todas las condiciones lumínicas, espaciales y acústicas», dijo Abreu.
En el corto plazo, la atención de Abreu se concentra en la próxima gira que hará «El Sistema» por Japón y Corea del Sur entre el 4 y el 25 de octubre.
«Es una gira donde vamos a llevar piezas sinfónicas escritas especialmente para esa ocasión, que tienen que ver con los nuevos compositores japoneses y con la cooperación estrechísima que hemos establecido con Corea», indicó Abreu.
El éxito de «El Sistema» ha llegado a países tan distantes como Corea, donde Abreu reveló que hay un movimiento «inspirado en Venezuela que abarca miles de niños y jóvenes».
Este músico y economista, conocido en Venezuela como «El Maestro Abreu», vive la repercusión internacional de su creación con «una gran alegría y una gran carga».
«No somos nosotros los ejecutores directos de ‘El Sistema’ en todos los países ni mucho menos, pero tenemos la responsabilidad moral de apoyarlos a todos», afirmó.
EFE